TW

Marga Prohens y Llorenç Galmés están a dos pasos de declararse antisistema. Suben la ecotasa, limitan la llegada de vehículos a la Isla, ponen un tope a los de alquiler, crean una tasa de acceso de vehículos a la Isla y anuncian que en Balears se prohibirá el alquiler turístico en las viviendas plurifamiliares. En un año y medio de mandato, han hecho lo que tendría que haber hecho la izquierda en la anterior legislatura, con la crisis de la covid completamente olvidada ya por los ciudadanos. Visto el cambio de rumbo y de paradigma, ¿lo siguiente será prohibir la construcción en suelo rústico una vez legalizados los chalés ilegales con el decreto de simplificación urbanística? A este paso se harán con el huérfano espacio a la izquierda del PSOE, ahora que hace aguas por todos sus flancos, más aún desde la noticia hecatombe de Íñigo Errejón, ‘ese señor del que usted me habla’ para muchos de los actuales dirigentes de Sumar, que no aclaran si sabían, qué sabían y desde cuándo sabían, algo que, en este caso, es sumamente importante.

Ilustración: Zaca

Si continúan por esta línea, el mandato de Marga Prohens y de Llorenç Galmés será el triunfo de los marcos políticos de la izquierda, pero externalizados a un gobierno de derechas, como señala el diputado de Més per Menorca, Josep Castells. Las ideas las plantea la izquierda y las termina ejecutando la derecha en un inesperado giro argumental que nadie intuía, y que incluye el tren a Llucmajor y el resto de líneas hasta Alcúdia y Llevant. Por hacer, incluso han copiado la idea de la izquierda de que el Govern haga de agencia pública de alquiler, solo que a Prohens le ha quedado de luxe.

Prohens y Galmés llegaron a las respectivas instituciones con una idea, por ejemplo reducir la ecotasa en temporada baja y poner fin a la moratoria de plazas, pero se han encontrado con una realidad social que les ha hecho dar un viraje. Hay muchos votantes de clase media, muchos de ellos del PP, que están saturados de la masificación y que añoran aquella Mallorca que se desintegra en el puño como arena de es Trenc cuando se trata de asir. Han entendido el mensaje, como Felipe González en su día, y han dado un volantazo insólito en un partido que históricamente ha sido el defensor número uno del sector hotelero. Ya no lo es. Prohens trata de acercarse a la sensibilidad mayoritaria de los ciudadanos de las Islas aunque eso suponga tomar medidas que no figuraban en su programa electoral mientra continúa con una política escorada a la derecha en otros aspectos que sí son propios del PP. La bajada de impuestos ha sido uno de ellos. Ya tiene prácticamente cerrada su reforma fiscal, pero habrá más desgravaciones.

Y el otro asunto que enmarca a Prohens en la derecha será el de la inmigración. Aquí sí que no habrá cambio de paradigma, mucho menos después de la demoledora encuesta del CIS, según la cual el principal problema de los ciudadanos es la inmigración, por encima incluso de la vivienda y de los bajos salarios. «El mayor truco del diablo es hacernos creer que no existe», decía Baudelaire. El mayor truco de Vox ha sido hacernos creer que la inmigración es el principal problema de España. Y que Prohens le siga, claro.