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Esta ha sido otra semana política ruidosa, curiosamente la misma en el que el pleno del Parlament aprobó una propuesta sobre el asunto, el ruido, pero referido a las molestias que provocan las fiestas en pisos de alquiler vacacional. Esa iniciativa, que plantea reformar una ley, se aprobó por unanimidad. Habrá que ver en qué queda todo y, sobre todo, sería interesante que se presentara alguna similar en relación al «ruido político». ¿Se puede? Y si la proposición no de ley que aprobó la Cámara, a propuesta de Més per Menorca, hace ‘corresponsables’ a quienes comercializan pisos de alquiler vacacional, ¿hay ‘corresponsables’ en la extensión del ruido político? Tema complejo.

Lluís Apesteguia, portavoz de Més per Mallorca, se refería el lunes a la necesidad de abrir una «reflexión» sobre cómo los medios de comunicación afrontaban algunas cuestiones. «Nosotros estamos bajo escrutinio público pero no nuestras familias», afirmaba luego el portavoz ecosoberanista en una entrevista. Cuando decía «nosotros» se refería a los políticos. El Gobierno estatal ha presentado esta semana un plan de regeneración de la vida política que se identificado como de control de los medios o censura. Apesteguia no anda en eso, casi nadie anda en eso. De hecho, precisó que lo mejor es la autorregulación. He ahí una camino para el mundo político: la autorregulación.

El curso parlamentario se ha iniciado con ruido. Se ve cada martes en el turno de las preguntas de control. Hay ruido en las comisiones parlamentarias (la de IB3 del jueves fue un ejemplo), en los debates hay insinuaciones que no se concretan, hay ruido en Vox, partido que se rompe casi en directo. La portavoz del grupo parlamentario decía el miércoles que son un partido «nacional» y que la dirección es la que decide todo, también el apoyo a los Presupuestos. Vox ha convertido en ruido el debate sobre la inmigración y está poniendo en un brete al PP pero también al Consell de Mallorca, que es quien tiene la competencia sobre los centros de tutela. Cañadas decía que Vox hará en el Consell lo que mande Madrid. Y dos días después renunciaba a su puesto en la dirección autonómica el vicepresidente de la institución, Pedro Bestard, enfrentado a Patricia de las Heras, presidenta del partido. El presidente del Parlament tiene que pasar por el juzgado el próximo viernes por lo ocurrido en el debate de la derogación de la ley de memoria democrática. ¿Algún grupo presentará una iniciativa para pacificar y dignificar la vida política? ¿Se aprobará por unanimidad?