TW

Faltaban pocas horas para que amaneciera el sábado 17 de junio de 2023, el día marcado por el calendario electoral para constituir las nuevas corporaciones locales.

Avanzaba la noche, pero PSOE y PSM no lograban cerrar el acuerdo para formar un gobierno municipal de izquierdas en Ciutadella. Los tradicionales recelos y las habituales discrepancias entre socialistas y nacionalistas volvían a aflorar en aquella noche de caras largas y de cuchillos afilados. Al PSM no le gustó que el PSOE le hubiera aventajada en número de votos después de haber detentado la alcaldía con una incomprendida Joana Gomila que había buscado acomodo en el Parlament.

Noticias relacionadas

La alcaldía se convirtió en el oscuro objeto de deseo y también de desacuerdo entre quienes se dicen socios pero son adversarios. Aceptó Carol Cerdá el 3x1, o sea tres años de vara de mando para el PSOE y el último del mandato para Maria Jesús Bagur. Y transigió en el 2x2, pero aquí se plantó la candidata socialista que había ganado a la nacionalista.

En Ciutadella no llegó a fraguar el pacto PSOE-PSM porque no había tóner para imprimir unos acuerdos que nunca se llegaron a firmar. Este hilarante episodio de una película de Torrente, hay que reír para no llorar, esconde las exigencias que añadía el PSOE a medida que se alcanzaban principios de entendimiento. Los negociadores, que desconfiaban tanto unos de los otros, no supieron negociar y la cuerda se rompió. Todo saltó por los aires cuando el PSOE exigió al PSM nombrar a otros dos cargos de confianza política, de su confianza, naturalmente, para Urbanismo y área jurídica. Leche derramada con otras cuestiones sobre sueldos y retribuciones que nunca fueron desveladas. Forman parte de una historia que no se ha explicado.

¿Ya han encargado el tóner para la impresora? Este miércoles Maria Jesús Bagur llamó a la alcaldesa Juana Mª Pons Torres para decirle que esta vez va en serio.