Cuando nos encontramos enfermos, acudimos en busca del personal sanitario. Difícil y duro oficio ese de curar enfermedades ajenas. Un enfermero (Mariano) del hospital Ramón y Cajal (Madrid) me dijo en plena pandemia: «José Mª, procura estar por aquí lo menos posible, esto es una ganadería de toros bravos». Mariano se refería a que allí había una concentración de virus. Mientras tanto él luchaba con una cirugía abierta que no acababa de cerrar. Aparte de su ciencia, derrochaba amabilidad dejando claro que es más fácil coger un bisturí y abrir que poner unas grapas y esperar a que la naturaleza haga el resto. Más de un mes tardó Mariano y mi abdomen en ponerse de acuerdo para conseguir que cerrase aquel «socavón». Mientras curaba mi herida recordé la anécdota de la madre Teresa de Calcuta el día que fue a visitarla Lady Di (princesa Diana de Gales). A la sazón, estaba la madre Teresa curando a una enferma con una gran herida infectada de pus. Al presenciar aquella cura, la princesa exclamó: «ni por un millón de libras haría yo eso», a lo que la madre Teresa contestó: «yo tampoco».
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El personal sanitario
Menorca15/06/24 4:00
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