Mahón es una ciudad algo extraña porque parece empeñarse en querer esconder muchos de los hitos de la historia que la caracteriza. Sí, parece no querer recordar los episodios que confeccionaron su pasado ni los que la han hecho como es.
Hace unas semanas, y en una reunión en el ayuntamiento, felicité personalmente al alcalde Sr. Héctor Pons por la iniciativa de querer instalar un Museo sobre la historia de la ciudad en el Pont de Sant Roc aunque también le dije que el espacio era insuficiente para acoger referentes de todos los acontecimientos de nuestro pasado. Por otra parte en un encuentro fortuito con la Sra. Margarita Orfila, presidenta del Ateneu, coincidimos asimismo en que, efectivamente, nuestra ciudad carece de recuerdos visibles y palpables de su historia. También estuvimos de acuerdo en que ese futuro Museo des Pont de Sant Roc solo podía, dadas sus reducidas dimensiones, contener una muestra resumen, un catálogo-índice de los episodios y hechos que han formado y/o han jalonado la historia de Mahón sin pretender querer sustituir la necesidad de reconocimientos particulares y específicos en distintos lugares de la ciudad.
No sucede lo mismo con los diferentes ornamentos que ‘adornan' Mahón, tales como La Sirenita Mô de Lucarini, la estatua de Pilar Alonso de Francesc Vilà, los Tre Cavalli de Nag Arnoldi y el tamborilero (es Fabioler) de Nuria Román frente a la Iglesia del Carmen. Tampoco con el Pincel delante del Hotel Capri, la hélice del «Don Fernando» frente al Port Mahón mirando al puerto, el busto de Augusto Miranda de Waldemar Fenn en la plaza del mismo nombre ni con la robusta Mediterrània de Joana Olives en el encuentro de S'Arravaleta y Es Carrer Nou... o las Algas de la rotonda de ses cases de s'Ateneu de Mela, etc. Habrá quienes los podrán considerar inadecuados o no en algunos casos (Margarita Caules defiende que no hay nada en nuestro acervo cultural que nos remita a una sirenita...) pero cumplen con su función.
Pero no hablamos de ornamentos estéticos ni de adornos urbanos sino de reivindicar la presencia de nuestra historia en las calles de la ciudad. Si uno no recuerda mal tan solo existe una estatua al rey Alfonso III de Aragón, el Obelisco metálico de Abu Umar del escultor Rafa Trénor... y poco más. Sí, en el extraradio está levantado un difuso recuerdo a Richard Kane que pide a gritos que sea complementado dedicándole una de las principales calles o plazas de la ciudad en recuerdo del hombre que trajo la capitalidad de la isla a Mahón.
Pero nada hay que recuerde ni homenajee, por ejemplo, a los famosos honderos, ni a los cartagineses (Magón) que pusieron los mimbres para fundar la ciudad, ni al Portus Magonis romano, etc. En la parte oscura de la historia tampoco hay ninguna referencia física a los hechos del terrible ataque turco de 1535 ni ningún recuerdo a las emigraciones a Argelia en el siglo XIX (esas que de una población de unas 32.000 personas en la isla de entonces restaron unas 8.000, una cuarta parte y principalmente mahoneses, desde 1830 hasta 1860 a los que los franceses llamaron «les mahonnais»). O la de San Agustín, Florida, durante el siglo XVIII de la mano del padre Camps (de la que solo hay un recuerdo en Monte Toro que fue erigido por el Dr. Rubió y Tudurí) y que tantos sufrimientos padecieron en la Costa de los Mosquitos.
No estaría tampoco mal un centro interpretativo de los iconos por los que se conoce a la ciudad en todo el mundo: la salsa mahonesa, el queso Mahón-Menorca, el color azul Mahón, los pantalones ‘mahón', la importancia del puerto de Mahón en la historia geopolítica del Mediterráneo, etc. Finalmente tampoco nada hay que recuerde que Mahón fue pionera en instalar la electricidad en sus calles ni existe reconocimiento específico alguno para su puerto que fue la cuna de la industrialización de la Isla. Ni tampoco un detalle que recuerde la historia del Teatro Principal, tan importante en el devenir cultural de la ciudad... y de la ópera en España.
Esperemos pues que el Ayuntamiento acierte con su iniciativa sobre el Pont de Sant Roc pero le animamos a que también lidere y ayude a que la historia de la ciudad tenga visibilidad en sus calles y plazas. Esa historia es demasiado rica para ser despreciada, ignorada y ocultada. La ciudad tiene una deuda con su historia.
2 Notas:
1- Las patatas que cultiva y recolecta personalmente Luis Alejandre en Robadones son puro Kilómetro 0 menorquín. Maravillosas.
2- «El nacionalismo no existe sin paranoia» (Albert Boadella, The Objetive)
3- La Junta de Compensación del Polig. UP-3 de Malbúger (Mahón) se queja de la lentitud y dificultades en solucionar la concesión de licencias. La cosa ya dura 20 años. Desde 2004 en que el alcalde de entonces (Bagur) les animó a presentar el Plan Parcial. Pero ya sabemos que 20 años no es nada...
4- ¿Nadie recuerda ya el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra ciudadanos israelíes? De la forma más monstruosa asesinaron a 1.200 personas y secuestraron a 200 más. ¿Quién empezó el problema?
5- ¿Se convocarán elecciones generales mañana miércoles dia 29 de Mayo? Eso se dice por Madrid. ¡A vam...!
Sería la guinda del sanchismo para conseguir fastidiarnos el mes de agosto.