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17-II-24 sábado

¡Michele Obama al poder! La propuesta en «La Vanguardia», de    Reed Brody, director de campañas demócratas y portavoz de Human Rights Watch, enciende algunas bombillitas de esperanza. Es una idea atractiva, quizás la única que pueda abortar la catástrofe política que sería la vuelta de Trump, porque la senilidad de Joe Biden es preocupante. No se trata de sus años sino de cómo los lleva y, aunque su labor económica ha sido brillante (deja un país prácticamente sin paro y con una inflación menguante), no parece en condiciones de seguir otros cuatro años.

Mientras Kamala Harris continúa desaparecida en combate, la alternativa de la ex primera dama parece la única capaz de ilusionar al electorado demócrata, perplejo y me temo que desmoralizado, ante la pleamar trumpista y la escasa confianza que suscita el tribunal supremo norteamericano (nombrado en buena parte por Donald Trump) a la hora de pararle los pies al magnate republicano.

19-II-24 lunes

La apabullante victoria de los conservadores gallegos muestra la solidez de su electorado y de alguna manera tranquiliza a su líder nacional Alberto Núñez Feijóo, que verá calmadas las aguas de su partido, por lo menos hasta las próximas elecciones europeas. Por su parte se despeña un partido socialista, cuestionado por sus pactos con los independentistas y por su absentismo en cuestiones territoriales ajenas a Cataluña. ¿Se le marchitará la flor al resiliente Pedro Sánchez?

21-II-24 miércoles

El director de «La Vanguardia» Jordi Juan comenta hoy los avatares de Julian Assange, director de Wikileaks, hoy encarcelado en Inglaterra después de largos años recluido en la embajada de Ecuador en Londres. Lo fácil, dice el periodista catalán, es abogar por la libertad de expresión, pero también hay que considerar la gente que puso en peligro Assange con sus filtraciones, y aboga por el ejercicio del sentido de responsabilidad por parte de los periodistas. La libertad de información es sagrada, escribe el director, pero no lo es menos la responsabilidad de los medios en un mundo con saturación informativa trufada de influencers, fakes, y, ahora con la guinda de la inteligencia artificial.

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22-II-24 jueves

Veo al    presidente del Gobierno un tanto desencajado después del fiasco gallego, tanto que utiliza la rueda de prensa de una visita de estado a Marruecos para arremeter contra la oposición y es la primera vez en sus años de gobierno que lo percibo verdaderamente tocado. No es para menos con la de frentes que tiene abiertos, incluidas las sombrías e intimidantes muecas de la portavoz de Junts    Miriam Nogueras.

Pero lo que hoy deja perplejo al dietarista es el insulto del presidente de Estados Unidos al de Rusia al que llama sin tapujos hijo de fruta, siguiendo la moda impuesta por la influencer de la Comunidad de Madrid. El macarrismo va por barrios.

23-II-24 viernes

23-F del 1981 siempre en el recuerdo. Libro de texto, aún no aprendido    «Tecnica de un Golpe de Estado» del periodista, entonces de «El País», Martín Prieto (Editorial Grijalbo 1982 con prólogo de Juan Luis Cebrián). Para conocer de qué va un auténtico golpe de estado…

Pero el verdadero golpe se lo lleva hoy de nuevo el presidente Sánchez con la explosión por ahora no controlada del «caso Koldo/ Ábalos». Vuelve el fantasma de la corrupción de la que una vez me dijo un    destacado exministro que es un fenómeno transversal a todos los partidos e ideologías y seguramente sea verdad, pero esta vez la patata caliente la tiene el presidente Sánchez, que llegó al poder precisamente de la mano de la lucha contra la corrupción del Mariano punto Rajoy, haciendo bandera de la honestidad propia. Semana horribilis para el resiliente en jefe, una genuina tormenta perfecta de consecuencias incalculables.

24-II-24 sábado

Su nombre no salía en los periódicos. Vivió discreta pero felizmente en su querido Sant Climent dedicado al oficio de mecánico que le hizo maestro reconocido y confiable. En su funeral en una iglesia abarrotada rememoro el día de su boda con su inseparable Susi, madre espiritual de varias generaciones de niños en su escoleta.    Luego vendría Ester, su hija científica de la que tan orgulloso estaba, sus nietos y una interminable ristra de amigos que hoy lloramos su muerte prematura. Decía el poeta portugués Miguel Torga que «Morir bien o mal no tiene gran interés. Me gustaría dejar una buena imagen de mi vida…». No la pudiste dejar mejor, Vicent.