El propósito de enmienda es la voluntad de no repetir nuestros pecados. De no tropezar otra vez con la misma piedra. Sin arrepentimiento ni consciencia de que hemos hecho algo mal, es muy difícil o improbable enderezar el rumbo.
Hoy es frecuente creerse perfecto o, por lo menos, no responsable. La culpa siempre es de los otros. Y así, vamos de mal en peor.
Padecemos la explosiva combinación de una realidad compleja y de mentes simples.
Menudo añito nos espera. Después de la inteligencia artificial, acabará llegando la sensibilidad artificial, la moral artificial y la naturaleza artificial. La política ya es artificial hace tiempo. Quedan pocas cosas naturales. Todo está manipulado. No nos conformamos con lo que hay e inventamos lo que sea para vivir mejor.
Inventar el automóvil, por ejemplo, lo cambió todo. Cada cosa que el hombre inventa lo cambia todo, a él incluido Su vida ya no será nunca más la misma. Cuando inventamos algo para que nos sirva, debemos vigilar atentamente para no acabar nosotros a su servicio. Pasar de amos a esclavos o sirvientes.
Somos híbridos entre lo natural y lo artificial. Algo así como un perroflauta. Puedes encontrar un perro en la naturaleza pero una flauta… es una creación humana que suena mejor o peor según quién la toca.
Puede que suene la flauta por casualidad pero necesitamos moderarnos.
Aquellos que no creen en la moderación o se hacen abstemios o acaban en un coma etílico.