La precariedad laboral durante la pandemia se ha duplicado y afecta a casi dos millones de hogares en España al depender económicamente de una única persona que aporta los ingresos para la familia pero sufre inestabilidad en su puesto de trabajo.
Ello significa que, en el último año, ha tenido tres o más meses de desempleo, tres o más contratos diferentes, en tres o más empresas distintas. Es una de las conclusiones de la primera radiografía social de la crisis de la covid en España, redactada por Caritas, el brazo social de la Iglesia católica, y la Fundación Foessa.
Según este estudio, en el que han participado más de treinta profesores universitarios, entre ellos los sociólogos de la UIB David Abril y Maria Antònia Carbonero, ser joven es uno de los factores de exclusión que ha sacado a la luz la crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia. Hay 2,7 millones de jóvenes, de 16 a 34 años, afectados por procesos de exclusión que les impiden su emancipación, incorporarse a un trabajo estable o crear un nuevo hogar. La covid destapa que 1,8 millones de hogares sufren el ‘apagón digital', lo que significa vivir en la brecha digital de manera cotidiana.
Crece la pobreza energética, y es Balears la comunidad más afectada. El porcentaje de hogares de las Islas que no pueden pagar la energía que necesitan asciende al 7,7 por ciento, con un gran incremento respecto al 2019, cuando era solo del 0,7 por ciento.
Otro dato significativo de Balears consiste en que el 9,4 por ciento de la población recurrió a familiares y amigos para conseguir ropa, comida o bienes de primera necesidad. También encabezamos en el archipiélago el impacto del paro, acentuado por la estacionalidad del turismo.
Una radiografía que desnuda el ‘shock' de la pandemia sobre las familias y el empleo. El reto consiste en mantener las protecciones sociales, ‘rescatar' a los más excluidos y evitar que las vulnerabilidades sean crónicas.