El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, no descubrí la broma del catedrático Ignacio Sánchez-Cuenca en «El País» hasta el último párrafo de su artículo «La casa de los políticos». Leía que La 1 iba a estrenar ese día un reality con veinte diputados en activo que convivirían durante ocho semanas, su periodo de vacaciones remuneradas, con el reto de llegar a un acuerdo para aprobar la nueva Ley de Puertos del Estado. Entre otros estarían José Luis Ábalos, Adriana Lastra, Cayetana Álvarez de Toledo, Cuca Gamarra, Macarena Olona, Pablo Echenique, Inés Arrimadas, Gabriel Rufián, Aitor Esteban e incluso Mertxe Aizpurua de Bildu. No me digan que la idea no prometía. El objetivo: aproximar la política a los ciudadanos y para ello que se descubriera que los diputados son personas «humanas». El mismo Congreso era el promotor del programa. Y para llevarlo a cabo se contaba con fondos europeos de Next Generation. La broma solo era creíble para los ciudadanos inocentes, si es que queda alguno.
Terra de Vent
Inocencia perdida
02/01/22 0:18
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