A estas alturas no sé si te habrá llegado la versión en la que estoy comprando tranquilamente y se desata una caza de positivos en un supermercado, o la que coordino una operación de caza antiterrorista en el mismo escenario, o la que soy el comandante de un ejército de infectados que asaltan el negocio como si de una especie de invasión zombi se tratara. No sé, tú sabrás. Lo que sí sé es que todo lo que puedas oír en ese audio que vuela por la isla es mentira, una predicción pre apocalíptica de una mamá y empresaria preocupada y cansada por la covid-19 metiendo a su hijo en un fregado de dimensiones virales. Sí, soy yo. Y la que charla es mi señora madre dando veracidad al típico comentario que te llega por una persona a la que se lo ha dicho otra persona, a la que se lo ha contado otra persona que lo ha oído por ahí y que yo le conté. O sea, un bulo. La buena voluntad de la jefa de alertar e informar a su grupo de amigas acaba en un curioso audio que se ha expandido más rápido que las ganas de resolver las obras de la carretera general.
Asseguts a sa vorera
Sí, soy yo
24/07/21 0:00
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