Ahora que la lengua española está de capa caída, acudimos a la RAE para consultar la diferencia entre sufragio y naufragio. El diccionario recoge lo que la gente habla y los significados compartidos de aquello a lo que nos referimos. Una labor de siglos, porque llevamos hablando (sin acabar de entendernos) mucho tiempo. Continuamente se incorporan vocablos nuevos, mientras otros caen en desuso.
Sufragio viene del latín, del Imperio Romano. También hubo un Imperio Español, un Imperio Británico y ahora un Imperio Norteamericano... Los imperios cambian y se derrumban cuando emerge uno nuevo, pero los últimos sufragios, el español de 2019 y el de EEUU de 2020, nos llevan a lo que iba. Cada palabra tiene varias acepciones. Es multiusos. Sufragio equivale a voto y el sufragio universal significa que todos tenemos derecho a votar. No se exige, de momento, tener uso de razón. Podemos elegir movidos solamente por emociones. Las más comunes, la ira o el miedo. Otras acepciones son: Ayuda, favor o socorro (sufragar los gastos de alguna buena causa) y Obra buena que se aplica por las almas del purgatorio (una misa en sufragio de su alma, decimos).
Vayamos a naufragio: Pérdida o ruina de una embarcación y, por extensión, Pérdida grande, desgracia o desastre. Volvamos a la pregunta, ¿puede un sufragio provocar un naufragio? O, con otras palabras, ¿puede una votación llevarnos a deudas, fanatismo y divisiones crecientes?