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«Float» es el título de un cortometraje de Disney que habla de las diferencias. Parece ser que es una animación para visualizar el autismo. Este detalle lo conozco cuando quiero saber más de lo que he visto. Me sorprendió.

Pero aparte de mostrar esta peculiaridad, cuando una persona adulta o un niño, como en mi caso, vemos la película por primera vez te trasmite que como padres y madres debemos estar por nuestra familia y aceptar, apoyar como es nuestro hijo y su creatividad, o imaginación sin estar a expensas de los demás ni del qué dirán. Un padre como se refleja en estos dibujos está en un principio más pendiente de una sociedad coactiva que con las miradas juzgan el comportamiento del niño protagonista que tiene el don de flotar. Y vuela como una de las esporas o semillas de la flor Diente de león.

Es maravilloso este corto por la realidad de los niños y niñas a esa edad tan corta donde su imaginación vuela con sonrisas y como el padre entiende al final que debe de tomar una decisión: seguir a expensas de los demás y cortar las alas a su hijo o asumir que su hijo es así y que hay que disfrutar el presente con él, aceptándolo y amándolo.

¿Por qué viviendo en una sociedad, la misma nos coarta nuestro comportamiento? Hace unos días leí una frase muy acertada «nos esforzamos en encajar pero luego admiramos a los que son diferentes» de Lucía Lorente, coach y abogada.

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Pues sí, en casa a mis hijos los entreno para que sean ellos y para ello sé que yo soy su ejemplo. Sería contradictorio que a ellos les insuflara en la valentía, coraje, actitud positiva frente a la vida, honradez, brillantez, esfuerzo, etc. si yo antes no lo abandero.

Es tan significativo ese vaivén, soplo, movimiento de pelo del pequeño en Float, que cuando lo ves vibrar quieres hacerlo tú también.

A mis hijos les gusta este corto. Ven perfectamente con la imagen de un argumento sencillo de 7 minutos lo importante que es sentirse apoyado por la familia cuando uno, o una lidera un proyecto, un sueño, una creación.

Después nos quejamos de que hay falta de liderazgo en el país, de que hay falta de miras con perspectivas para dar una solución para mayorías. Si como padres no entrenamos salir de la zona de confort, o no apoyamos a la niña o niño con efecto pigmalion en positivo ¡claro!, ya puede armarse ella sola o solo para ser una persona con empuje y decisión, que quizás llegue a serlo después de hacer ciertos talleres de motivación y con cierta edad. ¡Empecemos entrenando desde los cimientos, a edades tempranas!