Venga queridos lectores, pongámonos todos de pie y dediquemos una cerrada ovación a todos aquellos que dijeron en marzo: «De esta saldremos mejores y más fuertes». Menudos adivinos. Que capacidad de predicción, clavaron el pronóstico de mala manera. La Historia ya nos dejo claro que el mundo no salió mejor después de la peste de 1412, ni después de la gripe española de 1918, más bien al revés, el rico se hizo más rico, el pobre ahondo en su pobreza, el cabronazo sacó la bestia que llevaba dentro, y la buena gente siguió siendo buena gente porque no entiende la vida de otra manera. Sí, lo sé, yo mismo, en la arrogancia del articulista que se creía bien informado, la he cagado cientos de veces, pero he de decir en mi descargo que ya hace tiempo que procuro no vaticinar futuros porque les confieso que estoy más perdido que un daltónico montando el cubo de Rubik.
Así que ante mi manifiesta inutilidad par saber lo que va a pasar mañana, intentaré centrarme en lo que está pasando ahora. Y lo que pasa ahora es que nos están bombardeando con la falsa notica de que la ocupación de pisos es un gran problema, cuando el problema realmente son los desahucios. Sin embargo, a nadie parece importarle que la mayoría de pisos ocupados sean de entidades bancarias que los tienen cerrados y que el perfil del ocupa es el de familias con hijos que han sido echadas a la calle por los mismos bancos que les engaño diciéndoles que se podían meter en unas hipotecas leoninas. Y lo que pasa ahora es que los tipos de interés de los créditos están subiendo porque hay más demanda de personas desesperadas que no llegan a fin de mes, así es el mercado amigos. Y lo que pasa ahora es que Bankia, rescatada con pasta pública que aún no ha devuelto, le pide ‘besitines' a CaixaBank para ser pareja de hucha y entre otras cosillas, como una luna de miel sobre colchones de euros, ahorrarse unos 500 millones de nada en personal cerrando sucursales. Venga hombre, no sean tan cenizos de venir diciendo que es un oligopolio bancario de tomo y lomo, no ven acaso los ojitos de amor y altruismo que se desprende del IBAN de cada cuenta.
Y lo que pasa ahora es que este país es uno de los más seguros de Europa, es decir del mundo, según los datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), ya que no ocupa ningún puesto destacado en las clasificaciones de los principales tipos de crímenes como homicidios, violaciones o robos, pero si te meten día y noche noticias truculentas de sucesos macabros, se crea la falsa sensación de que estamos en un país a punto de vivir situaciones como en la película «La purga: La noche de las bestias» (2013), donde personas con ridículos disfraces pueden matar a diestro y siniestro sin ninguna consecuencia. Y eso les pone alfombra roja a todos los políticos que piden recortes de libertades a cambio de darnos protección y seguridad. ¡Ay!, esos medios de comunicación a la mayor gloria de los grupos de interés que los sustentan. A muchos buenos periodistas les han puesto grilletes en las muñecas para que su pluma no busque la verdad, sino la supervivencia.
Pues nada, se nos está quedando un septiembre muy ‘marceado'. Cuando este leyendo este artículo ya habrán pasado las no fiestas de Maó que marcan el final de un verano atípico en nuestra bella Menorca. Espero que no sigan reduciendo el número de personas que se pueden reunir, porque acabaremos más solos que la una discutiendo con nuestra imagen en el espejo. Feliz jueves.