No hay más que ponerse durante unos minutos a considerar en qué estado de cosas ha funcionado el país en el mes de agosto. Los políticos de vacaciones, el Parlamento y el Senado de aquella manera, porque aparte de estar Parlamento y Senado de vacaciones, los pocos que han estado si es que han estado, han sido en funciones. Bueno, el gobierno y la oposición por inercia también han estado en funciones. La justicia también tiene derecho a las vacaciones, los partidos como Podemos y PSOE sumidos en esa galbana de ponerse de acuerdo para forma gobierno, luego, cuando queden dos o tres días para cumplirse los plazos, puede que hasta se reúnan deprisa y corriendo. Ojalá que no sea para decirse lo mismo que llevan semanas diciéndose, queriendo ganar horas donde han perdido días y semanas enteras donde su única ocupación era negociar, pero cuando la ciencia política no lo da, Salamanca no lo presta. De manera, que ante esa sensación que le da a la ciudadanía de apatía, de carencia de voluntad y de egoísmo político, llevan camino de llevarnos nuevamente a las urnas, pero si por un casual llegasen a formar gobierno, la ciudadanía tiene todo el derecho del mundo a pensar qué clase de partidos son esos que han demostrado su torpeza para formar un gobierno.
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Un país en el limbo
06/09/19 1:23
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