Estoy a favor del turismo. Esta declaración debería ser innecesaria. ¿Alguien puede estar en contra? Sin embargo hay efectos colaterales de la actividad turística que son negativos y que a veces las decisiones de los políticos de turno no hacen otra cosa que acrecentar. Me explicaré.
Cala Mitjana ofrece este mes un aspecto lamentable. Absolutamente masificada, en toda la superficie de arena no cabe una toalla. El enorme aparcamiento superior también está completo casi todos los días, sin nadie que vigile y ordene, con conductores nerviosos buscando un hueco. Si vas hasta Trebalúger, el Camí de Cavalls aparece sucio, con basura entre los matorrales y alguna compresa. No hay algas que molesten la entrada en el mar, sin embargo está llena de plásticos, como pasa en muchas playas de la Isla.
El cierre del acceso con coche a Macarella afecta a esta masificación. Y la poca atención que el Govern presta a la mejora de la limpieza del litoral afecta a la calidad del agua de las playas.
Es muy posible que Menorca ofrezca este mes un mejor producto turístico con sus hoteles, agroturismos y restaurantes, que no con lo que más presumimos, las playas y la conservación de la naturaleza.
Aquí la calidad la hemos medido siempre con parámetros urbanísticos y económicos. Para unos, si ocupamos menos territorio, aunque sea por una carretera, parece que vamos bien. Para otros, si vienen más turistas que el año anterior incentivamos la economía y evitamos el efecto «languidece».
Creo que si los turistas vienen especialmente por las playas hay que ofrecer un producto de calidad, con buenos aparcamientos en lugares adecuados, y una labor de limpieza más eficaz. Porque el gran atractivo de la Isla no es un patrimonio imperecedero. Es su gran valor económico. Pero hay que saber conservarlo y ponerlo a punto para la temporada. Nadie pondría en Fitur una foto de Cala Mitjana masificada para promocionar la Isla.