Créame que se lo digo desde la admiración que, como un sarpullido primaveral, me ocupa todo el cuerpo, después de que Rajoy haya abandonado la política renunciando al acta de diputado y sin pensárselo dos veces se haya presentado en Santa Pola para ocupar su puesto de registrador de la propiedad que le esperaba desde hace casi 30 años. Con sólo decir eso, a mí ya me merece todo el respeto invitándome a recordar a Gerardo Iglesias que tras dejar de ocupar el puesto de secretario general del PCE y coordinador general de IU, regresó a su puesto de trabajo que no era de registrador precisamente, si no de picador en la mina. Más a la mano me pilla lo de Pérez Rubalcaba que ha vuelto a la docencia en la Complutense de Madrid.
Para volver a ser registrador, Rajoy renuncia a la pensión vitalicia que no es precisamente una bagatela, que son 80.000 euros (13.310.00 pesetas anuales), renunciando también al puesto que le correspondería en el Consejo de Estado, como en su día hizo Zapatero, puesto remunerado con 100.000 euros (16.638.000 pesetas) y que además lleva todo esto aparejado su condición de aforado, que ha perdido. Curiosamente en uno más de los varios privilegios que le corresponden a un expresidente, tiene el presupuesto del Estado reservados 20.000 euros al mes para gastos de oficina, o sea 3.327.720 pesetas, que parece que Rajoy tampoco va a utilizar, y eso le honra.
En su trabajo de registrador tendrá un horario de 9.00 a 17.00 y su sueldo podría ser entre los 10.000 y los 20.000 euros mensuales. Lo que en un principio sí que parece que va a mantener es el coche oficial y la escolta, lo que puede parecer algo lógico pues no parece que por el momento vaya a vivir en Santa Pola, preciosa ciudad de la costa levantina de unos 32.000 habitantes. Ahora se aloja en el hotel Meliá de Alicante, que dista 20 km. hasta su despacho en Santa Pola. Lo más probable es que en algún concurso de traslado opte por Madrid o por alguna zona de Galicia. Atrás queda aquel lejano día que se estrenaba en el cargo en Villafranca del Bierzo.
Tenía 23 años y según lo cuenta Manuel Jabois en «El País», domingo 24 de junio 2018, el novel registrador llegó 50 minutos más tarde debido a un accidente de tráfico en Pedrafita de Cebreiro (Lugo).
En cualquier caso, lo de quedar sin su condición de aforado no debe haber sido una decisión tomada deprisa y corriendo, que las prisas todo lo atropellan, ya que puede suceder que estando el patio como está, los jueces le tomen interés dadas las sentencias que están aún por sustanciar sobre demasiadas cosas en las que en el PP no parecen estar demasiado claras. No sé por qué me viene a la memoria lo del otrora presidente francés Nicolás Sarkosy que después de dejar de ser presidente de la república francesa, la justicia de su país le ha tomado interés y anda el hombre más liado que la sandalia de un romano. Bien es verdad que en esa industria de amenazar la justicia a presidentes, siempre fueron más lo amenazados que los encarcelados.
Rajoy ya no está aforado y es probable que tenga que contestar a más de una pregunta estando su partido bajo sospecha de haber concurrido a elecciones financiándose ilícitamente.