Recuerdo hace años ir a San Juan de Gaztelugatxe, ese magnífico islote convertido en península en la costa vizcaína y subir las empinadas escaleras hasta la ermita sin cruzarme con nadie. Desde que se escogió para ser Rocadragón en la serie de éxito "Juego de Tronos" aquello, me cuentan, se ha vuelto un hervidero de gente, para los locales ya ha perdido la gracia, han saltado las alarmas y la Diputación ha echado mano de la calculadora: para proteger habrá que cobrar y fijar un aforo.
Vemos cómo lugares y monumentos icónicos se saturan. Ahí están los tornos instalados en Venecia, la imagen que ha dado la vuelta al mundo, para limitar la entrada de turistas. Aquí no padecemos ni de lejos la masificación que puede afectar a esta ciudad italiana y a otras europeas, que además es constante durante todo el año, pero sí hay momentos y lugares conflictivos, como las playas naturales y ahora se empiezan a escuchar voces preocupadas por los cascos históricos. Es el caso del de Ciutadella, con el aumento de los hoteles de interior.
Nunca antes se había analizado tanto la industria 'sin humos', aparentemente limpia e inocente ¿qué mal puede hace que nos visiten o que yo visite un lugar? Sin embargo ese flujo continuo de personas, impulsado por el abaratamiento del transporte aéreo, hace que el turismo genere el 8 por ciento de las emisiones contaminantes en el mundo, o así se lo atribuye una reciente investigación de la Universidad de Sidney. Es también el sector que tira de nuestra economía, vivimos directa o indirectamente del turismo, algo a estas alturas indiscutible, pero aun así la mitad de los baleares (51%) piensa que tal vez habría que limitarlo, un porcentaje que es inferior en Menorca, el 41 %, según el estudio realizado por el Instituto Balear de Estudios Sociales para este diario.
Estamos ante una encrucijada de la que habrá que salir con imaginación, no solo a base de restricciones, para no matar la gallina de los huevos de oro. Buscando la complicidad del viajero que de verdad quiere conocer y no solo transportarse.