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El torero Juan Belmonte acertó un día a decir que «había gente pa to», y le dan la razón al Maestro sevillano algunos de los que por su afán de trincar acaban ante un juez. Los hay que en ese trance de repente se vuelven amnésicos perdidos y contestan con un ya muy manido «no me consta» «no lo recuerdo», incluso se acogen a ese curioso derecho de no decir nada de nada, y por el contrario, otros que cuando sucedieron los hechos que el juez quisiera sustanciar, andaban con una amnesia de caballo, van y recuperan una memoria de elefante y empiezan a largar lo inimaginable. Caso, pongo por caso al sr. Costa, D. Ricardo, a la sazón exsecretario del PP valenciano, dejando con lo que dijo muy cuesta arriba la honorabilidad del PP en esa industria de ganar elecciones limpiamente y no dopadas como dijo, de cuyo resultado salió molt honorable Francisco Camps. Bien, por si eso no fuera de ser cierto como para propiciar una vaharada vomitiva, va y el día 12 de febrero de 2018, Francisco Granados, también exsecretario del PP en Madrid, imputado en el caso Púnica, y ante un juez de la Audiencia Nacional, largó por esa boquita hasta salpicar a Esperanza Aguirre y a Cristina Cifuentes. Es lo que tienen las ranas doña Espe, que cuando les da por croar no vea usted lo que pueden croar. Tres años ha estado el hombre amnésico o medio amnésico, se puede decir que esto ha sido así desde que esta rana fue detenido, y ahora como si viniera de Lourdes ha recuperado la memoria o el sentido común, el caso es que según a mí se me figura, podría darse el caso que la curación amnésica fuera prodigiosa y lleguemos al asunto aquél que a mí siempre me ha parecido extraño del tamayazo.

EN TODO CASO, lo que dijo Ricardo Costa en el juicio de la Gürtel y lo que ha dicho ahora en el juicio de la Púnica Francisco Granados, dos exsecretarios del PP, ambos sobre elecciones ganadas por el PP y no precisamente según lo dicho por esta pareja de exsecretarios peperos muy honorablemente. Se puede decir que estas afirmaciones regalan su talento para crear los fantasmas de la democracia más mafiosa y deleznable. Si semejantes afirmaciones como la hecha por ejemplo en sede judicial por Francisco Granados, va el sr. Juez y lo ve verosímil y se interesa por el asunto, porque imagino que el resto de partidos políticos sí que verán la ocasión de terciar con toda la virulencia verbal posible cuando no jurídica. Digo que doña Espe, podría acabar siendo imputada. En cualquier caso el sr. Rajoy, su gobierno y su partido, tiene sobrados y justificados motivos a raíz de estas declaraciones para sentirse preocupados.

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En cuanto a la ciudadanía, les puedo garantizar que empieza a sentirse muy, pero que muy asqueada, y con razón. Para saber el grado vomitivo a que se ha llegado, hay que bajar a la arena, salir del despacho, apartarse un poco de los amigos de la palmada en la espalda y frecuentar más la tasca del vino peleón, la callejuela por donde van y vienen con las manos en los bolsillos los parados a los que ya no hay subsidio que les alivien el ruido de las tripas vacías, porque la verdadera situación del país no la van a encontrar los políticos pisando solamente la moqueta del lujoso despacho, donde los encorbatados se regalan los oídos, discerniendo si es mejor el cochinillo segoviano o el lechazo de Pedraza. Cuéntele esas milongas a quiénes no llegan a cobrar ni 800 euros al mes, y que además están en muchos casos hasta el culo de hacer horas extras gratis, sin derecho a liberar la bilis, la acidez verbal de tales atropellos, porque conocen a quiénes lo hicieron y no les han renovado el contrato. Se equivoca el gobierno, se equivocan los políticos si piensan que esa ciudadanía ni tiene ojos ni orejas para darse cuenta cabal de cuál es su situación y no la que le cuentan.

HAY EJEMPLOS desastrados de la política en una democracia que a veces se ha manejado como maneja el señorito su cortijo, y que por mucho que ahora parezca que aquellos chanchullos están aflorando en boca de algunos que milagrosamente van recuperando la memoria, la ciudadanía se barrunta que es probable que los culpables no paguen por ello. Ahora sí, también saben de algún aviso para navegantes, y así dicen, no se te ocurra robar un canario o soltar a tu perrita como le paso a mi señora al lado del río, por más que la población esté bien alejada del mismo, porque entonces por un canario o por una perrita suelta, no faltará quien te aplique la mayor sanción posible.