Un accesorio para chimenea puede llegar a valer 150 euros, un hombre, 124. Esto es lo que se desprende del informe de Jaime Quirós, que afirma que a las puertas de Europa se sigue comerciando con personas de raza negra. Hombres negros procedentes de Libia son presentados a compradores del norte de África como mano de obra para trabajar en el campo. Un chico de 15 años, Libio, armado, secuestra y vende hombres por 200 dinares, unos 124 euros, según Diaby Baba, un emigrante. Luego vienen las reventas, como en cualquier transacción comercial.
Las mujeres, como ocurre desde tiempo inmemorial, son obligadas a prostituirse. En el siglo XVIII el tráfico de esclavos era tal vez el negocio más lucrativo del mundo, pero esta práctica que se abolió en los Estados Unidos hace muchos años, todavía persiste bajo mano hoy en día. Mundo cruel, o lo que es lo mismo, homo homini lupus, el hombre lobo para el hombre. Es esos tiempos pasados en que no todo fue mejor un amo podía tener una serie de esclavos, mayor cuanto más grande era su riqueza. No podía matarlos, pero podía castigarlos duramente, y si se le iba la mano y le causaba la muerte siempre podía argumentar que el esclavo le había plantado cara, que era una razón eximente para el abuso extremo, que es la muerte. Los menorquines que junto con griegos e italianos emigraron para trabajar en la plantación de Nueva Esmirna, en la Florida, fueron diezmados. Los indios de América, tanto del Norte como del Sur, fueron sojuzgados y exterminados. Los negros del sueño de Martin Luther King son todavía ciudadanos de segunda, pese a que Obama llegó a presidente del yes, we can. I axí va vestit en Magí.
De nuevo estamos a vueltas con la agresividad del ser humano. Parece que hemos avanzado mucho, que hemos establecido sociedades democráticas igualitarias, sin embargo estos días se hablaba de que para un empleado que cobra mil euros mensuales hay un jefe que gana tropecientas veces más. Es la esclavitud del dinero. Luego está la esclavitud de las ideas; la especie humana ha organizado guerras aniquiladoras por el mero hecho de creer en uno u otro dios, de tener ideas de derechas o de izquierdas, o simplemente por no tenerlas. Abu Hakam Ben Said era un rey moro poeta, vino el rey Alfons III con 16 años y lo mandó al exilio. La alternativa para sus súbditos era convertirse en esclavos en sus propias posesiones o pagar un rescate que ni siquiera aseguraba la libertad. Y hoy mismo se puede ser esclavo por 124 euros.
