29/11/16 0:00
En torno al fallecimiento de Rita Barberá, creo que solo debería de haber primado lo estrictamente humano. No era el momento de señalar comportamientos de unos o de otros, las más de las veces, lamentablemente, en función de intereses partidistas. No obstante, debo señalar que aquellos que en las horas tristes de la Barberá, la desvinculaban de su partido, diciendo aquello tan ruin «no, esa persona ya no está en el partido», y ahora hablan como si no la hubieran echado nunca, cuando fueron ellos precisamente los que la negaron el pan y la sal.