La aritmética electoral no es exacta. Aplicar las matemáticas a los asuntos humanos deriva en múltiples ecuaciones con demasiadas incógnitas. La razón solo les sirve a algunos para tener razón, pero en política influyen pasiones y elucubraciones, la defensa de posiciones distintas y la visión a largo plazo.
De ahí que personas ambiciosas y poco escrupulosas sean capaces de cualquier cosa para aferrarse al poder. Cuando los cálculos son partidistas, la realidad siempre depende de lo que nos interesa ver. Es una forma de corrupción, por ejemplo, ver solo la de los otros e ignorar la de los nuestros. Una ética parcial para fines particulares. Hay quien habla mucho de corrupción, no tanto para acabar con ella como para atacar a los rivales. La presunción de inocencia molesta a cualquier turba linchadora. Piensan que los jueces son corruptos cuando no confirman lo que ellos quieren oír. La ley es igual para todos y no hay que utilizar los ejemplos en los que su administración falla o se corrompe para desacreditarla o saltársela. La calidad de una democracia depende de que su sistema judicial funcione con rigor, celeridad e imparcialidad.
Hace 39 años que conquistamos la democracia, la paz y la concordia largo tiempo perdidas. Si no las reconquistamos cada día, las perderemos otra vez y lo lamentaremos. No dejemos que nadie nos quite la ilusión de seguir construyendo el futuro juntos.
Zorte ona izan!