A los 92 años mantiene intactos la misma inquietud, el ánimo vivo y el interés constante por los usos, las costumbres, las historias y las antiguas tradiciones de la Menorca rural.
En Tòfol de Son Guillem, Cristòfol Capó Riudavets (Ciutadella, 1924), acaba de publicar, en la colección Menjavents de Edicions Documenta Balear, su tercer libro de memorias vivas sobre un mundo, hoy en transformación y extinción, que ha conocido por su vinculación con el campo menorquín.
La trayectoria vital de este hombre lúcido y sereno, que arrancó en el lloc de Sant Nicolau, transcurrió después por Son Guillem, Torre del Ram, s'Almudaina y s'Hort Anglada. A través del sacerdote e investigador Fernando Martí Camps descubrió los episodios más singulares de la historia de Menorca y fue cuando inició una recogida de datos con los que empezó a redactar sus vivencias.
«Solo quería explicar a mis nietos lo que me contaron mis abuelos y lo que visto, porque entre el colegio, los deberes escolares y la televisión, hoy no tienen tiempo para escucharnos», razona el autor de tres obras redactadas en estilo ameno y directo: «Fets històrics i anècdotes del passat de Menorca» (2006), «Converses d'antany» (2012) y ahora, «Memòria viva de la Menorca rural».
Josefina Salord, autora del prólogo de este libro, sitúa a Cristòfol Capó en la saga del Angel Ruiz y Pablo de «Per fer gana» el Fernando Ortiz de «Principis i prostes», y, sobre todo, del Joan Benejam de «Ciutadella Vella». Tres autores costumbristas que, a caballo de los siglos XIX y XX, describían personajes y hechos populares que se desvanecían.
El trabajo de Cristòfol Capó mantiene viva la memoria viva de una actividad agrícola-ganadera, costumbres y personajes que forman parte de la cultura popular menorquina. Así puede ser preservada y transmitida.
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