Maria Antònia Oliver es noticia porque le ha sido adjudicado el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes. Una noticia agradable, un premio merecido y mi particular enhorabuena. Creo que hay algún que otro momento álgido en la vida de un escritor, sobre todo de un escritor catalán, y uno de ellos es desde luego cuando recibe un premio. Entonces la prensa suele pasar revista a su vida y milagros, y hablar de los libros que ha escrito. Vaya por delante que Maria Antònia Oliver me parece una escritora auténtica, que jamás ha desertado sus principios y que ha descrito con lenguaje magistral la realidad de su Mallorca natal, los elementos míticos que bebió de las rondalles mallorquines, y lo ha hecho desde la perspectiva de la mujer que escribe, algo siempre difícil, aun a día de hoy. Jaume Fuster, su compañero, su amigo, su marido le inculcó su amor por la novela negra, y ella supo abordarla con la misma sinceridad con que lo escribe todo, a ras del suelo, tal com sona, o tal como son las cosas, con gran naturalidad. Una vez le oí decir que no existe diferencia alguna entre la novela negra y la novela no negra, ambos tipos de narrativa se aúnan en uno solo: son, simplemente, novelas. En este caso novelas bien hechas.
Les coses senzilles
Maria Antònia Oliver
22/02/16 0:00
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