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Hábil, emprendedor e intuitivo, Pere Cortès Moll (Ciutadella, 1842-1915) aprendió con Jerónimo Cabrisas y Caymaris, otro patricio local, los secretos de la manufactura del calzado.

En 1866 fundó su propia empresa: Fábrica de Calzado Pedro Cortés y Cia, que arrancó con un capital de casi 10.000 pesetas, procedentes de préstamos, alquileres y ahorros personales, que aportaron los socios que confiaron en su iniciativa y capacidad. Entre otros, su hermano Josep; Joan Camps, feneret; mestre Miquel Casasnovas de Binigafull; Josep Gornés y mestre Torres. De baja estatura y apodado Ximot, empezó con nueve operarios, pero veinte años después daba trabajo a ochenta empleados y más de cincuenta ajuntadores en el taller de la calle Nueve de Julio.

Pionero de la industria moderna del calzado en Ciutadella, según el historiador Joan Martínez Bosch, que ha investigado el hombre y el industrial, «mai cap altre mestre sabater havia assumit un paper tan fonamental com Pere Cortès». Industrial y político, implicado con el republicanismo federal, mestre Ximot se mueve entre la élite social de Ciutadella, la fracmasonería, los empresarios del Foment del Treball Nacional de Catalunya y la política local.

Es Martínez Bosch quien denuncia «la rapinya d'alguns erudits locals disfressats d'historiadors contra la família Cortès» y como caso llamativo expone el de la fotografía del interior de la fábrica que se guardaba en la casa paterna de los Cortés, que correspondía a la familia Anglada.

El ayuntamiento de Ciutadella celebra mañana, con motivo del centenario de su fallecimiento, un homenaje a Pere Cortès, de quien escribió el escritor catalán Eugeni d'Ors, Xènius, «ell amà son ofici de mestre en l'art del calçat, que convertí poc a poc en la indústria típica dins l'illa. Ell polí son ofici i em diuen que els models no conegueren, dins son gènere, de parions, en lo ben finit i en l'elegància».