En Estados Unidos la obsesión por la seguridad después del 11 de septiembre de 2001 se ha vuelto en algo enfermizo. Esa obsesión combinada con los prejuicios raciales y religiosos cada vez más estimulados por algunos grupos políticos hace que se cometan toda clase de injusticias y estupideces.
Es muy lamentable el uso que se está haciendo de ambas cuestiones por parte de algunos pretendientes a la candidatura presidencial por el Partido Republicano. Para estos candidatos eso es un juego para ganar votos, pero creo que no se dan cuenta de las repercusiones que puede tener.
Hace un par de semanas ha tenido lugar un incidente muy significativo de hasta que punto estas actitudes han calado en ciudadanos y en las fuerzas de seguridad. Se trata de la detención de un chico musulmán de 14 años, Ahmed Mohamed, por llevar a la escuela un reloj electrónico que él había construido.
Los hechos tuvieron lugar en Irving, Texas. El chico, según su padre, es un manitas y arregla su coche y cualquier cosa que se estropea en la casa. Para demostrar sus habilidades a su profesora de tecnología se le ocurrió construir un reloj electrónico y una vez lo tuvo funcionando lo llevo al Instituto. La profesora al verlo pensó que era una bomba y llamó a la Policía.
Según la Policía Local no pudieron sacar nada en claro del chico, ya que él solo decía que era un reloj y no fue capaz de dar una explicación más amplia sobre su uso, cosa que no es sorprendente. Así que lo esposaron «para su protección y la protección de los agentes» y lo llevaron a la comisaría donde estuvo detenido unas horas.
Hasta aquí se puede argumentar que todo fue una confusión y estas cosas pueden pasar en cualquier lugar. Lo más serio es lo que siguió. A pesar de haberse aclarado la situación, la profesora no quiso disculparse sino todo lo contrario. El director de la escuela felicitó a la profesora por cumplir con los protocolos y castigó al chico con cinco días de suspensión escolar por «violar el código de conducta estudiantil». En la carta en que el director comunicaba su decisión también animaba a todos los estudiantes a denunciar cualquier caso de objeto o conducta sospechosos en la escuela.
La Policía dijo que era un caso de «falsa bomba» y por tanto una amenaza real que esta penalizada. Claro que esto sucede cuando quien lleva la falsa bomba dice que es una bomba real, pero esto no era el caso. Tampoco se disculparon y eso que los policías al llegar ya vieron que no era una bomba. Naturalmente para darse cuenta de ello no hace falta ser un experto ya que no había paquete de explosivo ligado al reloj.
Un grupo conservador acusó por tuiter al chico de hacer una «media bomba» y a la vez apoyaron a la escuela y la Policía. Incluso la inigualable Sara Palin se unió a las críticas al muchacho y a la defensa de a la escuela y Policía. Ahora resulta que sin saberlo todos llevamos una media bomba en la muñeca, menos mal que nos han avisado.
Pero no todo fue negativo para el chico. Ahmed recibió cartas de apoyo desde todos los rincones del país. Recibió también regalos e invitaciones. El chico había mencionado en una entrevista que MIT era la Universidad de sus sueños, de MIT respondieron profesores diciendo que él es el tipo de estudiante que ellos buscan y le invitaron a una visita a los laboratorios de astrofísica. También recibió una invitación de Obama para visitar la Casa Blanca, invitación que fue muy criticada por Sara Palin.
Si el muchacho hubiera sido blanco y se llamara Smith probablemente nada de eso hubiera pasado. Su piel oscura y el llamarse Mohamed lo hicieron culpable de entrada. En un país y en un Estado en donde la gente puede ir con un rifle a comprar al supermercado, para su protección naturalmente, un chico musulmán de 14 años no puede llevar un reloj a la escuela porque puede ser una bomba.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.