El inédito y extravagante escenario de un gobierno del Consell en minoría -integrado por Més per Menorca y Podemos- con una oposición mayoritaria se ha demostrado inviable e imposible antes de constitución.
Vulneraba los más elementales principios de la democracia representativa que los dos partidos más votados por los menorquines el 24 de mayo, PP y PSOE, que suman el 54 por ciento de los votos, deban ejercer como oposición y fiscalizar a un gobierno que representaría al 31 por ciento.
Més decidió ayer flexibilizar su postura tras el desmarque del PSOE, que se desentendió de las líneas programáticas elaboradas con los otros dos partidos de izquierda para el mandato 2015-19; el severo toque de atención de los consellers Santiago Florit y Mari Cabrisas, con abstención en la votación de investidura; las críticas de Susana Mora, que calificó de «desleal y hecho a medida» el argumento del 5+3 esgrimido por Més y Podemos para investir presidenta a Maite Salord; la carta de Félix Fernández Terrés y el malestar sordo de los militantes del PSOE... Pero, porque los econacionalistas comprendieron que era ingobernable una institución con cinco consellers en el gobierno y ocho en la oposición.
Durante la jornada de ayer se sucedieron los contactos entre los protagonistas -léase dirigentes y cargos públicos de PSOE, Més y Podemos- para superar un desencuentro que dinamita todos los mensajes de cambio y cohesión, y para reabrir el callejón sin salida en el que se han situado ellos mismos, mientras Santiago Tadeo aún aguarda como presidente en funciones en el despacho de la plaza de la Biosfera de Maó para realizar el traspaso de poderes. A 48 horas de la sesión constituyente de la nueva corporación insular se valoran nuevas opciones. Hoy sabremos quién cederá más. ¿2-2?
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