A la famosa presentadora de Gran Hermano, Mercedes Milá, le hemos dado una patada. Su hermano Lorenzo, corresponsal de TVE en Roma, ya no viene a la Isla, desde que ambos perdieron la concesión de las casas de La Solana, en S'Altra Banda del puerto de Maó, que había construido su tío. Caducó el plazo de la concesión y las casas, en perfecto estado de revista, volvieron a manos de Autoridad Portuaria. Es la Ley y no hay nada que discutir. La Ley, igual que la muerte, nos iguala a todos, ricos y pobres, famosos y discretos.
Lo que sí puede discutirse es la gestión de las cosas públicas, que aunque son de todos, a veces parece que no son de nadie.
A pesar de que no están los papeles firmados, todo parece indicar que Amics de la Mar ocupará las casas de los Milá en La Solana. Dudo que unas viviendas con cocina, habitaciones y aseos se ajusten a sus necesidades de espacio, ya que tienen barcas históricas que resguardar. Pero el gestor de lo público habrá pensado que más vale cederlo a una asociación sin ánimo de lucro que dejar que las casas se caigan a pedazos y mucho mejor que permitir que algún privilegiado pueda volver a habitarlas.
Lo que es incomprensible es que Amics de la Mar tenga un excelente espacio en la isla Pinto y que deba abandonarlo por motivos que no se han explicado. Si el islote es público -pertenece a Defensa-, ¿por qué no puede servir para un museo naval? En la base naval de Sóller están a punto de ubicar un museo con el dinero de la venta del yate real «Fortuna» y aquí les cedemos una casita donde no cabe ni un 'llaüt'.
Mercedes Milá ha ayudado a la Isla, con su influencia para campañas de promoción en Tele 5, apoya económicamente a la Illa del Rei. Lo habrá hecho por interés, como interesante ha sido para la Isla. ¿Quién se ha preocupado realmente por su problema con La Solana?
¿No sería más inteligente en lugar de echar a patadas a los famosos implicarles para que colaboren en un futuro mejor para la Isla?