Éxodo masivo en Shahiya, el barrio más poblado de la ciudad de Gaza. En sus caras, dolor y terror: huyen familias enteras. Desde anoche, el ejército israelí bombardea sin cesar esta zona, cada vez con más fuerza: más de cincuenta palestinos han muerto en solo unas horas en el este de la capital. Así ha quedado una ambulancia... Este paisaje... Es difícil describir tanta destrucción: cadáveres por todas partes, sangre, olor a quemado. Tenemos que abandonarlo pronto porque acaba esta pequeña ventana humanitaria para que las ambulancias puedan sacar de aquí a tantos muertos». Así comienza una de las crónicas de Yolanda Álvarez, la enviada especial de RTVE a Gaza (en concreto, del 20 de julio de 2014), una de tanta crónicas que ya llegaron antes y que han seguido llegando (como la de los bombardeos a escuelas de la ONU), porque ni los bombardeos (ni los drones teledirigidos de película de terror) ni esta masacre consentida han cesado: desde que el 8 de julio comenzó el ataque llamado 'Margen protector', (léase genocidio o nueva fase del exterminio del pueblo palestino) hasta hoy, han muerto cerca de 1.800 seres humanos (la mayoría civiles, y entre ellos, hombres, mujeres y cientos de niños, podemos contarlos uno por uno, ponerles vida y cara, edad, tipo de risa y futuros imaginarios: odio acumulado a su alrededor para los próximos años) y hay más de nueve mil heridos. El vaso lo colmó la muerte de tres jóvenes israelíes, dicen, pero también dicen (otros) que la gota fue el acuerdo alcanzado por Fatah y Hamas y el anuncio de unas elecciones (un paso hacia adelante para una Palestina unida y su diplomacia) que Israel no quería ver con sus propios ojos. El caso es que Yolanda Álvarez se ha convertido en noticia gracias a la estrategia de desviar la información del hecho mismo. Esta profesional ha sido acusada de ser «correa de transmisión de los mensajes, cifras, imágenes y datos de Hamás». La portavoz de la embajada de Israel en España, Hamutal Rogel, ha alertado también en la cuenta de Facebook de la delegación israelí de «las muy cuidadas puestas en escena, resultado de un casting y selección de escenarios al dictado de los intereses de Hamás». Está claro que Hamas es responsable de su estrategia, igual que Israel lo es de la suya, pero no se puede culpar a Hamas, arrasar un pueblo indefenso (que ya vive en una jaula) y olvidar a la población (olvidarse incluso de nombrarla y en su lenguaje militar y eufemístico tacharla a toda ella de escudo humano o directamente de terroristas).
Cita a ciegas
#Israel #genocidio #matar al mensajero
05/08/14 0:00
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