Se me fatiga el alma cuando veo de qué manera tan absurda falseamos nuestra riqueza gastronómica, ofreciendo al turismo que nos honra con su presencia unas comidas que para nada son representativas de la maravillosa cocina española. Esos desayunos con un par de huevos fritos (a veces ni siquiera fritos, pues los apañan a la plancha), unas tiras de bacon y un café con leche, cuando no un plato de fríjoles… Eso no es un desayuno español y menos aún menorquín que comúnmente consistirá en una barra de pan (coc) amb sobrassada, butifarró, coc amb formatge y membrillo, a veces con miel. El desayuno payés es más consistente, no siendo extraña una fuente de patatas fritas, a veces con trozos de boniato mezclados o patatas con pimientos y berenjenas, que creo que le decían marranía y un buen tazón de sopas de leche o café.
Així mateix
La gastronomía turística
25/07/14 0:00
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