En la Calle Mayor de Alcalá de Henares (la calle porticada más larga de España), han puesto una vinoteca donde todas las semanas se puede asistir a una cata de vinos. En ese acogedor local tengo aprendidas algunas cosas sobre los vinos que no me ruborizo en decirles que no sabía. Pero qué quieren que les diga, me consuelo al pensar que el conocimiento sobre el mundo de los vinos es tan sumamente amplio que sin pensarlo dos veces yo cambiaría todo lo que sé de vino, que modestia aparte no es poco, por conocer sólo la mitad de lo que ignoro. Si tal cosa fuera posible podría tener para mí mismo claro haber alcanzado la condición de erudito.
A lo sumo, lo que un conocedor honrado sobre el mundo de los vinos llega a saber y dominar no debería de circunscribirse más allá de su zona vitivinícola. Otros conocimientos más plurales y dispersos sólo serán posiblemente puntuales características, las más de las veces más literarias que de verdadera ciencia sobre vinos geográficamente distantes y distintos entre sí.
Tengo por norma sospechar siempre de quien presume de tan amplios conocimientos sobre la enología y el trabajo del sommelier que no tiene la vergüenza ajena de declarar sus ignorancias sobre algunos caldos de una determinada zona.
Puede haber, y de hecho hay, magníficos conocedores de los vinos de Rioja, pero de alguna de las Riojas, la Rioja alavesa, la Rioja alta o la Rioja baja, pongo por caso. Es sospechoso el que presume de saberlo todo sobre los vinos de Rioja, simplemente porque no hay ni cabeza ni nariz ni papilas gustativas que puedan separar la diversidad de características de miles de vinos diferentes de la Rioja pertenecientes a un ingente número de bodegas, cuyos conocimientos, ya digo, fuerza es que escapen a cualquier experto por muy experto que sea.
Se puede tener un conocimiento amplio sobre los riojas de la Rioja alavesa, pongo por caso, pero es imposible que esos conocimientos abarquen a todos los riojas donde se elaboran miles de vinos diferentes.
Un buen enólogo, (no confundir enólogo con sommelier, son cosas completamente distintas aunque ambas formen parte de la sabiduría en el mundo de los vinos) sabrá la parte primaria del cultivo de la vid, incluso todo lo inherente a esa parte primordial. Hoy en día, tanto en hombres como en mujeres, hay magníficos sommeliers, que pueden tener un profundo conocimiento sobre los vinos de una zona muy concreta, por ejemplo sobre los vinos menorquines ya que la variedad de nuestros vinos isleños es aún pequeña y escasas las bodegas y muy concreto el tipo de uva. Por eso es perfectamente posible y además muy beneficioso, para quienes escuchan las palabras del experto/a porque pueden tener completa confianza en que quien le habla sabe muy bien lo que dice y porque lo dice. En otros casos, dada la pluralidad del viñedo y de los caldos con ellos elaborados, buena parte de lo que se dice puede ser pura literatura. Me he encontrado con casos incluso de literatura barata. Cuatro cosas que han oído aquí y allí y que lo almacenan en su cabeza para soltárselo a los que creen que aún saben menos que ellos. Lo malo es que enciman pontifican sin ninguna vergüenza.