¡Oiga, que Menorca también existe!

Ya saben de qué color era el caballo blanco de Napoleón. Pués también deducirán sin problemas de dónde es la presidenta del Consell de Mallorca. De Mallorca. María Salom le exige ahora al presidente Bauzá, que lo es de Balears, que le de 20 millones más para cuadrar su presupuesto y que si hace falta los reste de Menorca y Eivissa, No se le puede pedir a la presidenta de Mallorca que aplique un principio de solidaridad con las islas menores. Ella es de la isla «continental» y además debe preocuparse de luchar por lo suyo.
Convendría recordar que en 1983 cuando se debatía el primer Estatut se discutió si era necesario que Mallorca contara con un Consell cuando ya existía una administración como el Govern con presencia física en su territorio. Crear los consells fue una reivindicación menorquina, Nuestra Isla siempre se había caracterizado por la defensa de una identidad propia. Podría plantearse todavía hoy que el Consell de Mallorca sobra, que es prescindible, mientras que los consells de las islas menores son necesarios como extensión de la estructura autonómica. Lo deja muy claro el Estatut de 2007. Valdría la pena volver a los principios de racionalidad y aparcar los intereses políticos para mantener estructuras de poder y repartir las butacas.
En 1983 la voz política de Menroca se oía en Palma con mayor fuerza que en las últimas legislaturas. Estoy convenvido de que hemos perdido peso político. Por eso, cuando nos comparamos con Eivissa y el dinero que le destina el Govern, incluyendo sus peajes en la sombra por las autovías, algunos buscan justificar las diferencias en lugar de defender los interesdes propios, como hace María Salom.
Menorca precisa de una «discriminación positiva» por parte del Govern. Nuestra situación económica necesita un mayor apoyo, más inversión y planes específicos, La solidaridad entre los territorios no debe ser solo para las autonomías, sino entre las islas. Menorca también existe. Como diría Gila: ¿Oiga, ¿hay alguien ahí?