El sudoku de las cuentas públicas

David Marquès01/11/13 0:00

Me aficioné a leer prensa desde pequeño. Cuando dejaban el «Menorca» al pie de la escalera de casa, en Sa Contramurada, corría raudo a recogerlo. Y cuando los domingos mi padre se enfundaba las zapatillas y cogía «La Vanguardia», nos arremolinábamos todos a su alrededor en busca de los 8 errores. Él decía -cantarín- «Els fillets tooontus que té es papà» y, de inmediato, se iniciaba una sana competición de ingenio y agudeza visual entre hermanos. Es lo que tiene este oficio. Te pasas horas trabajando en sesudas informaciones y, al final, las secciones más leídas son aquellas en las que apenas has reparado.

Pues bien, los 8 errores me atraparon tanto que, con el devenir de los años, me fui entregando también a las sopas de letras y los crucigramas. Hasta que, ya siendo padre, irrumpieron los sudokus y más de una vez caí en la tentación de entretenerme con mis hijas al asalto de las cifras.

Pero debo confesar que llevaba largo tiempo sin hacer sudokus hasta que la reciente fusión (de los dos diarios) me familiarizó de nuevo con la palabreja de marras. Resulta que esta es la expresión que usa el director para convertir el calendario laboral en una sopa de letras en toda regla, repleta de V, C, TT, L, P y X, con los que fijar días de libranza y vacaciones y así cuadrar los turnos.

Y por si eso resulta ya poco inteligible, esta semana me ha tocado bregar con el sudoku indescriptible de los presupuestos del Govern. Miles de hojas carentes de la concreción más elemental y en que las máximas siempre son las mismas: 1) Menorca recibe mucho menos dinero que Eivissa. 2) Si buscas una inversión o un proyecto largamente prometido, no lo encuentras. Y 3), cuando lo pides a los gabinetes de prensa, y hasta a los propios delegados de las consellerias, no saben nada y el acertijo tampoco se resuelve.

Y encima sale el portavoz de turno y saca pecho por gastar 4,8 millones en el mantenimiento de las depuradoras. Hasta ahora, la mayor inversión conocida del Govern en Menorca en 2014. Podemos no entender su sudoku, pero no somos tontos...