Carta de los lectores

A veces el paso del tiempo hace que olvidemos las cosas, los hechos, y hasta a los amigos por mucho aprecio que les hayamos tenido. Otras veces acrecienta el recuerdo y la estima de quienes ya no tenemos entre nosotros, al darnos cuenta de lo mucho que hemos perdido y de lo que les vamos a necesitar a nivel profesional y, sobretodo, afectivo.

Han pasado quince días desde que Pau se nos fue. Tiempo suficiente para plantearnos ya qué hizo, o más bien qué estaba haciendo por y para el empresariado de Menorca desde los tiempos de la Transición hasta ahora mismo. Porque Pau, soportando con entereza su cruel enfermedad estuvo al día del devenir de su PIME hasta que le quedaron fuerzas para ello.

Hubo un tiempo, afortunadamente superado, en que ser empresario significaba estar expuesto a las más duras críticas de amplios sectores de la sociedad. Parecía como si todos los males del país tuviesen su origen en las empresas. Los empresarios debimos asociarnos para hacer frente a las crecientes dificultades con que nos encontrábamos para el desarrollo de nuestro cometido.

Y apareció Pau. Se hizo cargo de la Secretaría General de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Menorca. Coordinó la formación de asociaciones patronales que se integraban una tras otra en la Federación, hecho para el que su prestigio profesional fue fundamental. En la Federación se convirtió en la mano derecha de los sucesivos presidentes y brazo ejecutor de los acuerdos que iban tomando los diferente Comités Ejecutivos y Juntas Directivas.

Detallar aquí todo lo que Pau ejecutó, y en muchos casos lideró, necesitaría de un espacio y un tiempo inadecuados para este escrito. Pero es imprescindible resaltar que para muchos empresarios de Menorca la voz y el consejo de Pau fueron cruciales para seguir avanzando en su quehacer.

Su profundo conocimiento del derecho laboral, lo complementó Pau con una formación económica de primer orden. Recibía, ordenaba y sintetizaba información económica de muy diversas fuentes que le permitían actuar y opinar con absoluta garantía de moderación y acierto, tan necesarios en el desarrollo de su labor.

Hoy en día, y debido a la muy delicada situación económica que atravesamos, la sociedad empieza a valorar la importancia de la necesaria creación de riqueza, riqueza que luego se reparte en función del marco legal del que nos hemos dotado. Podemos hablar de creación, o de mantenimiento, de puestos de trabajo, de reinversión de beneficios, de innovación o de tantas otras actividades que se generan desde la empresa.

Posiblemente sea imposible establecer e incluso valorar los esfuerzos que dedicó Pau a lograr y mejorar un marco legal, político y económico que ayudase al desarrollo de las empresas de Menorca. Sus continuos encuentros con empresarios y políticos, en el poder y en la oposición, en Menorca y fuera de ella, buscando siempre mejorar las condiciones en las que debíamos realizar nuestra labor, dieron excelentes resultados.

Como empresarios convencidos del importante papel que jugamos en las sociedades modernas, no podemos dejar de preguntarnos ¿cuánto ayudó Pau al desarrollo económico de nuestra Isla al colaborar activamente en la mejora de sus empresas?. ¿Recibirá Pau alguna vez el reconocimiento de sus conciudadanos por su labor?.

Es indudable que desde la Federación se le rendirá un más que merecido homenaje. Y la llamada sociedad civil ¿le reconocerá algún día sus méritos?.

Pau, permanecerá en nuestro recuerdo como un gran profesional, como persona de bien y, sobre todo, como amigo entrañable. Hasta siempre.

Antonio Juaneda Anglada
Hipólito Mercadal Pascual
Juan I. Fortuny Gutiérrez
Justo Saura Mercadal
Cristóbal Triay Humbert
Marcos Carreras Carreras
Santiago Pons Quintana
Guillermo Camps Coll