Un submarino que hunde todavía más la economía española y que hace pensar en esa marca España de la que -con la boca tan llena como la cartera- hablan algunos, que será la marca de las costillas que va dejando el hambre, o los moretones de tanto batacazo a empujones, o los goles de Xavi, porque lo que es marca España como buena imagen, la verdad es que no la ve nadie que mire con dos dedos de frente.
El submarino en cuestión no sé si iba a ser amarillo pero lo cierto es que ha traído mala suerte y hace pedir ayuda en inglés. Y bueno, vendrán unos expertos para cobrarse en dólares que no nos gastemos más euros. Habrá que pagar. Y tampoco sé muy bien si por adelantado o para que no adelantemos, ni sé si conseguirán reflotar el proyecto ni si con eso hundirnos más abajo al resto.
Que somos todos, porque el mal diseño lo pagamos a escote. Bueno, les perdonamos la deuda. Porque no se puede regalar el dinero así como así, y entonces se presta y luego se olvida lo prestado. Que es lo mismo pero queda más legal o decente. Algo así como si en vez de tonto pareces bueno, aunque de esos buenos que esconden a un tonto. Claro.
Es lo que pasa cuando durante mucho tiempo te tratan como si no pensaras, como si nada te importara o no tuvieses opinión o tu opinión no valiera, o fuera sólo eso, una opinión más, una entre tantas aunque sea la de muchos.
Pasa eso, que si tardas demasiado en reaccionar, la reacción es ésa, y luego cualquier paso será despreciado, débil, descoordinado y fácilmente aplacado. 'Esto no es lo peor que ha pasado, he hecho muchas cosas peores, lo sabes, no me vengas ahora con límites ni con topes, es tarde, ya no puedes salir, te metí más dentro y cerré con llave' .
Con la psicología del maltratador actúa impasible el gobierno, golpeando al criterio, abofeteando los días, amenazando con el filo de las tijeras más recortes y peores escenarios con sombras chinas, llenas de malos sin rostro.
Y bien, por un lado miles de millones tirados a la basura o al fondo marino, pero que nadie los intente sacar que multan si te ven hurgar en los contenedores de los supermercados del fracaso. Y por otro lado, miles de millones tirándonos a la basura, recortando derechos y coberturas sociales hasta volvernos miseria. Y la miseria es la materia prima de una fábrica de ricos.
Nosotros somos el submarino que diseñaron, y no les salió mal, que no emerja, mantenernos en el fondo, forma parte del proyecto. La crisis se pasa a pulmón, y el que no aguante que se sume a los muertos. Selección natural programada. Esclavos por dejar que se crean nuestros dueños.
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