Mensajes complejos en formatos sencillos. Es todo tan complicado, que no tenemos más remedio que simplificar las cosas para entenderlas. Lo malo es creernos luego que la realidad es simple, cuando los simples somos nosotros. Podemos expresar cualquier cosa, pero nos comunicamos poco y mal. Se ve que expresión y comunicación, no son exactamente lo mismo. La inmediatez tiene un precio. Reflexionar ya se está convirtiendo en un lujo.
En las redes sociales disponemos de un número limitado de caracteres, a los que nos tenemos que amoldar para decir cualquier cosa. Lo breve, si bueno, mejor que una parrafada. Además, un chiste vale más que mil palabras. Una imagen dice lo que nos costaría demasiado tiempo describir. No podemos ponernos a razonar, hacer silogismos o buscar adjetivos adecuados para la ocasión. Tú lee y pásalo como si fuese un porro. O visita este enlace y verás qué chute... parecemos drogatas de la información.
Apenas tenemos tiempo para pensar... porque alguien está esperando que contestes en algún lugar del ciberespacio o de Google Earth. Marshall McLuhan dijo que somos lo que vemos, y acuñó la bonita expresión de la «aldea global»... fue todo un visionario. Para el que sabe ver y sentir, el diccionario es un bello poema desordenado...
Sé que mezclo cosas y que todo queda un poco esquemático y confuso. Pero ya saben el refrán: a buen entendedor, con un mensaje de Twitter basta.
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