Empujado por las circunstancias, alguien podría soñar con la idea de llevar la insularidad a las últimas consecuencias. La ventaja es que en tiempos de austeridad no sería necesario levantar muros. El mar colabora. Si por aire nos quedamos casi solos, la opción ideal, al estilo de «Un mundo feliz» , sería crear una especie de comunidad 'amish', autosuficiente, de autoconsumo, sin dependencias del exterior, ni injerencias. Sería lo más parecido a la independicia que reclama Catalunya, sin referéndum porque resultaría una consecuencia natural de la paulatina retirada y desparición de las compañías aéreas. Además, no habría turistas, solo los que lleguen en crucero, que gastan algo y no consumen territorio. Las playas, para los que tengan certificado de residente. Un auténtico chollo.
Terra de Vent
Solos o con otras compañías aéreas
29/09/13 0:00
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