Gracias a las redes sociales y a "Todo Colección", hoy publico una de las fotografías que encontré del sótano de la casa Pasarius.

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Una cena más de las muchas que se han ido efectuando. La del día 4 nos sentamos a manteles 14 amigos ben avinguts, entre ellos los propios de la familia. Por cierto, dice Quica que no he citado per res la del 20 de julio, festividad de Santa Guideta, hermosa i florida, en que nos juntamos bajo los "ullastres" 40 personas, cenando al estilo self service, elaborado por Agadet, la mejor cocinera del término del talayot de Trepucó. Noche muy especial, inolvidable, mientras los niños se daban un chapuzón en la alberca, Salvador Strada, pianista de dalt de tot, nos hizo gozar y dar marcha al cuerpo, según reza la letra de los cantantes de Macarena. Todo ello finalizó, según marca el reglamento establecido en Bini- Repos, con una zambullida "as safareig", nadada inesperada de "l'avi Joan" i "s'àvia Guideta", bajo las carcajadas del numeroso grupo de amigos que iban aplaudiendo, con el fondo musical de Escuela de Sirenas en que Esther Willians se sumergía en un bucólico paraje. Va ésser molt guapo.

El encuentro de este miércoles, fue distinto, más cultural. Praxèdies situó a su izquierda al Robert Redford de S'Algar, el rey del photoshop, haciendo prodigios con el ordenador, tanto que en una de estas fotos en que una jamás queda conforme, me transformó tanto, que he quedado con 18 años. Impresionante. Le quiero, confesé a su Almudena.

A mi derecha Antoni Juaneda, al que conozco desde antes de nacer, cuando sus padres eran novios. Su madre, al cel sia, mujer "molt moderna", porque lo era, con estilo propio. Tònia era especial, elaboraba las mejores cocas de patata que en Ciutadella se conocen por "greixeres", y lucía los biquinis que salían en revistas extranjeras, bajo los susurros provocados por la envidia. Lamentablemente se fue muy pronto, demasiado, pero la vida es así. Toni es especial, mezcla de Juaneda y Cabrisas. Al paso del tiempo, cuando se escriba la historia de Menorca, se dirá de él que fue uno de los delegados del Gobierno más auténticos. Jovial, asequible a todo el mundo fuera de la bandera que fuese. Genial, llegando a las celebraciones oficiales con su moto, su casco, su sonrisa, y esta simpatía innata y maravillosa, algo que no se adquiere con estudios, es herencia propia. Una auténtica lástima, y a la vez una suerte el que aún hoy se encuentren hombres como él, demostrando a todos que es un caballero de "cap a peus", abandonando Ca´n Làdico al que ahora llaman palacete, tan cercano a mi casa, desde pequeña siempre lo vi en mis idas y venidas de la escuela.

Aquella casona, con algo de jardín, junto a un pequeño huerto de donde el jornalero, un tal Bili, arrancaba una zanahoria, ofreciéndomela. Esto sucedía en ocasiones que acompañaba al de la motora para arreglar la bomba sumergida del pozo.

Angaleta Vives (¿?), la ama de llaves, me hacía sacar el pañuelo para depositarme unas peladillas y confites de anís. De llevar el pañuelo de mocar brut , que era lo más propio, siempre fui una mocosa, me los ponía en el bolsillo de mi vestido.

Aquella moto-bomba la había vendido Guillermo Orfila, de la plaza José Antonio, hoy Príncep. Casualidades de la vida, hace unos instantes he sabido del fallecimiento de su viuda, Montserrat Brulles Roig, de la cual siempre guardaré un grato recuerdo por su extrema humildad, mujer excelente que para muchos ha pasado de puntillas, siempre callada, a la que aprecié. Aprovecho para dar mi más sentido pésame a sus hijos y demás familiares.

Por cierto, hablando de la plaza del Príncep, se me olvidé decir a Maite, este pedazo de peluquera como dicen los modernos, que donde ella tiene su peluquería, antes de principio del siglo XX, fue residencia de peluqueros. Allí nació Pilar Alonso, la famosa cupletista, que gracias al buen hacer de Deseado Mercadal, pidiendo y repitiendo peticiones de que se la tuviera en cuenta, siendo escuchado por el Ayuntamiento y correspondido por nuestro mecenas más grande, Fernando Rubio, se erigió una estatua en la plaza Vella, después nombrada de las Palmeras, vuelta a bautizar con Colón que per cert encara avui no sé què fot aquest nom aquí.

Añadir, que en la actual peluquería Príncep no se peinaba, en aquel momento las peluqueras iban por las casas. En su cuaderno de trabajo figuraban días, horas y, por supuesto, los domicilios de las señoras y señoritas abonadas. De estar abonada el precio era mucho más ajustado. Sempre hi havia unes pessetetes de diferència.

Su padre hacía las veces de barbero. Más tarde fue domicilio familiar de don Ernesto Félix y doña Isabel Bosch, al cel sien, y mucho antes, vecinos de la Gota de Leche, del Ateneo, del Hotel Bustamante, etc.

Y miren por donde, casualidades de la vida, considerando que nos encontramos en fiestas, añado con placer que por estas fechas del año 1913, o sea cien años atrás, según leo en "La Voz de Menorca", los días 6, 7 y 8 nuestro Teatro Principal ofreció una velada musical a cargo de artistas del momento.

Las hermanas Gómez que venían actuando en el teatro de verano y la cancionetista Eugenia Roca. La misma que llenaba desde patio de butacas, plateas, palcos i cap amunt, hasta llegar al gallinero. La orquesta dirigida por el señor Villalonga, dirigió a la niña Pilar Alonso, haciendo las delicias de todos con su voz infantil, interpretando cuplés, en beneficio de la Casa del Pueblo recién inaugurada.

También tomaron parte en las actuaciones, Esteban Llopis, Diego Prats, Juan Anglada, y don Juan Goñalons, cantando escogidas composiciones. Finalizando con animado baile de sociedad con una reputada banda de música.

Con la placidez de la noche, se habló de la Ravaleta, de aquel 1913, en que el propietario de un comercio de la misma calle rotulado con el número 7, lo puso a la venta, siendo adquirido por el señor Pasarius, yerno, si mal no recuerdo, de don Mateo Fontiroig Jordà (1866-1931), fundador del colegio más importante de Menorca, Santo Tomas de Aquino, hoy Casa de la Iglesia.

La tienda de telas, paraguas, mantones de Manila i mantellines se encontraba en la actual farmacia Félix Nicolás. Aquel negocio duró cuatro años. Siendo su propietario Don Rafael Ruiz Narváez, de la Palma de Gran Canaria, mantuvo la botica de 1917 a 1921. Tal como ya escribí el 9 de julio de 2011, a propósito de la celebración del 50 aniversario de Ca'n Felix.

Ruiz Narváez, la adquirió a Don Honorio Pons Zabala, propietario de la farmacia, situada enfrente, porta per porta. Local que traspasó al señor Nieto para abrir una barbería al estilo parisien, donde permanece como tal regentada por los hermanos Gomila. Si bien ya no disfrutan del mobiliario tan recargado, tal como se estilaba, cambiándolo por otro más funcional, su entrada es punto de encuentro internacional.

Aviniéndome al beneplácito de "l'amo", desde mi talayot mando un "paneret ple de carinyo i dues besades amb pipius als al·lots de ca'n Gomila".

El avispado Pasarius, muy pronto se mudó a donde hoy todos conocemos por la firma Mango. Comercio al que a través de lo que llevamos de año ya me he referido infinidad de veces. Tienda que aún tuve la oportunidad de conocer bajo la firma Terrés. Vi sus inmensos armarios, sus mostradores y la sillería que ocupaban las clientas a la vez que se dejaban influenciar por las buenas artes de vendedores que allí trabajaban, entre ellos Gaspar Bisbal, un jove molt guapo, que se enamoró de una mallorquina, també molt guapa, maestra de escuela a la cual mando un abrazo.

El anecdotario de fiestas de Mahón y vivencias de la ciudad y de personas conocidas, fueron fluyendo mientras, todos, me refiero al grupo, se avinieron a que el diario "Menorca" es el más influyente para ofrecer noticias. Buena prueba de ello la tengo ahí, anotada en mi bloc, nombre por nombre de cuantos me fueron felicitando a lo largo de la jornada, 59 personas, y que a partir del día siguiente se fueron añadiendo siete más, tots ets sants tenen vuitada. Aprovecho para dar las gracias. Vos estim.

Deseando pasen unas felices fiestas de Mahón, y que la Virgen de Gracia, nuestra patrona, nos ayude a caminar por el camino o carrerany de la vida.
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margarita.caules@gmail.com