No todos los militares estuvieron de acuerdo con esta decisión, pero todos acataron la orden. La retirada se llevaría a cabo escalonadamente hasta la nueva línea.
Con esto se pretendía:
Disminuir considerablemente el ejército de África.
Reducir los gastos en la misma proporción.
Evitar choques sangrientos para defender los blocaos y posiciones mencionados.
Devolver brazos a la agricultura e hijos y maridos a los hogares.
En este contexto, el batallón de Menorca, encuadrado en la columna mandada por el general Serrano, intervino en diversos encuentros con el enemigo. Continuó formando parte de las operaciones del valle y desfiladeros del Lau que siguieron hasta el 15 de septiembre. Recorrió varias veces el teatro de operaciones y las posiciones de Zoco el Sept, pico de Izurkan, Loma Roja, lomas de Tisgarin y su bosque, Kudias de Seiduna, cabila de Xeruda, Coba Darsa con su espolón y Mogote, Hoj, Peñas Quemadas, Loma Verde, Yébel Kobbo, Solano… En órdenes generales de la Columna del Lau de 7 y 9 de septiembre fue felicitado el batallón por el Presidente del Directorio Militar y Vocal del mismo general Rodríguez Pedré.
El batallón del Mahón 63 alternó constantemente en las operaciones con fuerzas del Tercio y Regulares y mereció ocupar puestos distinguidos. Entretanto, la Sección del tren regimental, había marchado a Ceuta siendo agregada a unidades de Intendencia y Tercio. Con ellas tomó parte en las operaciones que se efectuaban desde Tetuán hacia Xauen sufriendo algunas bajas de personal y ganado.
Después de largas jornadas, de exigentes operaciones, con esfuerzos de cuerpo y espíritu; el 15 de septiembre es el primer día de descanso completo. Se dan cuenta que los indígenas de Uad Lau, tienen más "fantasía" que en Melilla, son más presumidos. Hay excepciones; pero, en general, van mejor cuidados en sus personas y en su vestimenta. Sienten pasión por los colorines y con frecuencia se les ve con zaragüelles y chalecos con gran variedad de colores y tonos. Las mujeres, tienen la costumbre de llevar la cara tapada, al contrario que en Melilla; pero sus vestidos, a rayas de colores variados, son más estilizados y no un envoltorio informe como en la otra zona.
Ha enturbiado este reposo la noticia de la muerte en el campo de batalla del teniente mahonés don Carlos Moysi Vidal. No pertenecía al Mahón 63, sino al batallón de Cazadores de Tarifa que operaba en el Zoco Jemís de Beni Arós.
Después de la retirada de las posiciones de los desfiladeros del Lau, las más próximas al valle eran Koba Darsa y Tisgarin. Quedaron como más avanzadas las del Bakali y Zoco el Sebt. Desde mediados de septiembre. El batallón continuó guarneciendo el campamento de Uad Lau y las posiciones más apartadas alternando con otras unidades. En uno de noviembre correspondió a los del Mahón 63 guarnecer las posiciones de primera línea y otras que rodeaban el campamento general de Uad Lau.
En las posiciones avanzadas, a principios de noviembre empezaron a sufrir la presión del enemigo por defección de los caídes de las cabilas vecinas; sobre todo, del Bakali. Los tiroteos eran diarios llegando las posiciones más lejanas a estar seriamente incomunicadas y en estado de sitio. Tuvieron varias bajas. Los rebeldes, habían formado un cinturón de trincheras que dificultaban extraordinariamente el avance de las fuerzas de socorro. Para librar del asedio a estas posiciones y evacuar totalmente la región del Lau, como estaba acordado, dispuso la superioridad la organización de una columna que operó del 12 al 15 de noviembre con la colaboración de la Escuadra y la Aviación.
Durante el sitio, en la posición del Zoco el Sebt, empezaron a escasear los víveres, el espectro del hambre les amenazaba como una espada de Damocles sobre sus cabezas. La guarnición se componía del teniente don Alfonso Pérez Más, el alférez de ametralladoras don Gerónimo Roig Bizquerra, 50 fusileros, 10 ametralladores y dos máquinas.
El día 10 de noviembre vieron un rebaño de cabras, con su pastor, a un centenar de metros del Zoco. El soldado Bernardo García Sendra, pidió permiso al teniente para salir a razziar, él solo, parte del rebaño. La empresa era temeraria y cualquier enemigo de los que acechaban la posición podía desbaratarla. Se le autorizó después de mucho insistir. Fue montado un servicio especial de protección. El voluntario salió reptando amparándose en todos los pliegues del terreno.
Saltó hacia el pastor para aprisionarle, pero éste huyó aterrado abandonando a los animales. El soldado consiguió llevar hacia la posición unas cuantas cabras.
Fue felicitado por mandos y compañeros. Gracias a él, la guarnición del Zoco pudo alimentarse bien y mantener el vigor físico que poco después tuvo que poner a prueba para incorporarse a nuestras líneas.
A Bernardo García Sendra se le regaló un jersey de lana enviado desde Menorca. La bella y generosa acción era obra de la señorita María del Pilar Tudurí, la cual, quería premiar al soldado que, a juicio del Jefe del batallón, más lo mereciera. El bravo infante volvió a ser noticia, esta vez triste: el día 3 de enero de 1925 fue el único muerto del batallón en las operaciones de Meluza. Descanse en paz.
En cuanto a las fuerzas sitiadas de la posición de Bakali, tuvieron que abrirse paso al arma blanca resultando un muerto, 11 heridos (uno oficial) y nueve desaparecidos (uno Oficial).
El día 15 de noviembre quedaron cumplidas las órdenes de evacuación total de Uad Lau y el batallón embarcó para Ceuta. Al día siguiente se trasladó a Tetuán, prestando diferentes servicios de campaña. En uno de ellos, en la operación de Menkal el 10 de diciembre, durante un nutrido tiroteo, halló la muerte el capitán Areyzaga, que mandaba la segunda compañía del Mahón 63.
El 16 de diciembre se licenció a los integrantes del reemplazo 1921. El batallón se reorganizó en dos compañías de fusiles, una sección de ametralladoras y tren regimental. Al día siguiente formó parte de la columna Saro para retirar las posiciones de Yarda, Zoco el Jemis de Anyera, Ali-Fajal, Zinat Norte y Zinat Sur. El 18 sostuvo vivo intercambio de disparos con el enemigo, resultando un herido grave.
El día 22, al quedar los batallones al mando de sus comandantes, el teniente coronel Colorado, entregó el mando al comandante Moysi. Día 26 recibió orden de marchar al campamento de R'Gaia, pernoctó en el Fondak y llegó a su destino el 27. El 29 formó parte de la columna que había de transportar un convoy a la Aduana del Bosch. El 30 y el 31 colaboró en la fortificación de Ain-Guenen y alrededores.
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