Pueden un nombre y unos apellidos determinar el futuro de un ser humano? ¿Existe la fatalidad? ¿Estamos predestinados? ¿Deambulan por el mundo auténticos gafes? Esas eran –entre otras- las preguntas que se había ido formulando, a lo largo de toda su vida, insistentemente, Máximo Borrego, un buen hombre, aunque maldito desde el instante de su bautizo. La respuesta que siempre se dio Máximo fue, invariablemente, afirmativa. Hasta que cierto día entró, cabizbajo y al borde del suicidio, en el restaurante "Lo imposible".
–––––
El Sr. Borrego padecía, según su eminente psiquiatra, una autoestima muy baja… "¿Y para eso le pago yo a ese tío ciento cincuenta euros la hora?" –se había inquirido Máximo, tras el diagnóstico-. "¿Quién la tendría alta si su padre, de apellido Borrego, hubiera elegido para su hijo el nombre de Máximo o de Perfecto?" –se preguntaba-. "¿Le había querido alguna vez?" -insistía-. "¿Sería un hijo no deseado?"…
–––––
Cuando Paola entró en el restaurante "Lo imposible", los clientes entendieron, de golpe, lo acertado de su denominación… Esa belleza no era posible, por irreal… Un camarero, al mirarla, tropezó… Un limón que estaba siendo exprimido por un comensal salió disparado, aterrizando indecorosamente en el escote generoso de una obesa madurita… Un niño vio como su progenitor babeaba y se cuestionó por la edad mental del mismo… Y los "whatsapps" no dieron tregua a los "Iphone", cabreados por la sobrecarga laboral de tanta foto en archivo adjunto…
–––––
Máximo Borrego, efectivamente, no había iniciado su andadura vital con buen pie… El que su madre se llamara Elena Nito del Bosque tampoco había hecho más lisonjeros sus días. De ahí la aborrecida conversación repetida hasta la saciedad en su niñez:
- ¿Cómo te llamas, hijo?
- Máximo Borrego…
- ¿Y de segundo? –continuaban los inquisidores, ya entre risitas inmisericordes-
- Del Bosque.
Con el tiempo, crecidito, Máximo aprendió a suavizar la última respuesta, sustituyendo el "Del Bosque" por un cordial: "¡Qué te zurzan!". Para más recochineo, y siendo ya chaval, tuvo por primera y última novia a Ramona Ponte Alegre, algo que favoreció, lógicamente, ciertos rumores sobre la honestidad de la susodicha… Nuevos cotilleos nacieron más tarde a tenor de su futura abstinencia femenina. Cotilleos que se agravaron al entablar Máximo amistad con Margarito Flores del Campo… ¡Natural!
Lo suyo era, verdaderamente, una maldición bíblica… Únicamente consiguió cierta estabilidad emocional –lo recordó aquella noche antes de entrar en "Lo imposible"- cuando tuvo el apoyo moral de algunos compañeros que lo protegieron, ante las burlas, con su autoridad igualmente nominal. ¡Cuánto les debía, en este sentido, a Armando Bronca Segura y a José Luis Lamata Feliz! Asimismo –justo sería reconocerlo- había obtenido el respaldo de otros camaradas, entre los que destacaban Fernando Coco Cuadrado, un tonto del culo; Emiliano Salido del Pozo, un tío muy húmedo y Pedro Trabajo Cumplido, un currante virtuoso… ¡Ah! Tampoco le apetecía olvidarse de un juerguista entradito en años que, sin embargo, no se perdía nunca un buen sarao… "¿Cómo se llamaba?" -se preguntó en el umbral del restaurante "Lo imposible"-. "Román Calavera Calva" –se contestó-. "Tuvo una muerte prematura" –evocó-.
–––––
Nadie, en "Lo Imposible", abonaba la cuenta… Anhelaban todos eternizar la noche, aquella noche mágica en la que Paola irradiaba sensualidad, simpatía, calor… Sobre todo cuando sonreía…
–––––
En "Lo Imposible", Máximo Borrego del Bosque saludó a su hermana Ana y a su cuñado Ramón, con los que había quedado citado… A pesar de su autoestima baja, no pudo reprimir aquella furiosa atracción que Paola despertó en él. Su cuñado, un buen hombre, le incitó a que lo intentara… ¡Uf!
- ¿En un restaurante llamado "Lo imposible"? ¿Yo? ¿Máximo Borrego del Bosque, nacido en el pueblo de La Matanza, criado en Salsipuedes y domiciliado actualmente en Sonmalferit? ¡Tú bromeas, cuñado! – le espetó-.
–––––
Puede que fuera la noche, o el vino, o los deseos de venganza… "Por otra parte -pensó- no tengo nada que perder. Estoy harto de perder…" Ante la sorpresa de hermana y cuñado, súbitamente, Máximo se levantó y de manera inusualmente vigorosa y decidida se dirigió hacia la mesa de Paola… Fue contundente… Directo… Las babas de los clientes alfombraban, ya, el lujoso local…
- Me llamo Máximo Borrego del Bosque… Le ruego que no se ría…
Paola no se rio…
- Y yo Paola, aunque mi verdadero nombre es Dolores Varios, doctora Dolores Varios… ¿Quiere usted acompañarme?
Cuentan que, a la salida de "Lo imposible", cogiditos ya de la mano, Máximo miró al cielo y le hizo un corte de mangas a sus padres. Cuentan que fueron felices… Que tuvieron varios hijos, a saber: Borrego(s) Varios. Aunque escogieron para ellos los nombres de Esperanza, Jesús y Milagros… Y cuentan, finalmente, que, a partir de esa noche, el restaurante, en el que una maldición fue quebrada, perdió su prefijo…
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.