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En este país o te pasas o te quedas corto y mira que es fácil alcanzar el término medio pero no, nos encantan los extremos, qué le vamos a hacer. Lo de hoy viene a raíz de los gurús del tiempo, aquellos que en mayo nos decían que íbamos a tener un veranillo suavecillo, de escasas altas temperaturas, con largos espacios de frescura. Hasta se llegaron a anular reservas hoteleras por parte de esos buscadores del abrasador sol…. ¿Y ahora qué, a quién reclamamos, al hombre del tiempo o al cambio climático? Porque no hay derecho, uno tiene que saber con que se la juega al menos aproximadamente. No te puedes pasar las noches levantándote cada dos por tres rumbo a la nevera para engullirte litros de agua helada, luchar a muerte con los mosquitos que aparecen solo cuando hace mucho calor y mientras tanto, en tu interior intentar convencerte de que es un sueño, que no es posible, que el hombre del tiempo lo juró casi sobre la Biblia. Yo no sé a ustedes, pero a mí hasta me han salido brotes verdes en los sobaquillos. No sé si son los mismos que anunció Rodríguez Zapatero hace mucho, pero verdes lo son. A la vista de ello creo que, si no puedo pegar ojo, voy a dedicarme a la agricultura ecológica aprovechando esa especie de invernadero que son las axilas. No se rían, no, si les pica el sobaco además de la curiosidad, obsérvense y si hay brotes, riéguelos, abónelos y espere a la recolección, si son guisantes o tomates no pasa nada, pero si son sandías les aconsejo que se lo hagan mirar. Tengo un grano de arena en el ojo que me molesta un montón.