Me encanta este titular. Me identifico con el lema elegido por el programa "Les Tradicions", exposición de ropa antigua, muebles i otros objetos de casa, organizado por Caritas Parroquial de Sant Lluís, con el apoyo del Ayuntamiento y entidades de la población.
Iba de camino hacia el carretón que momentos antes había dejado frente a la iglesia, en la misma anilla donde muy pronto se cumplirán tres lustros que una señorita de uniforme y gorra, elementos que lamentablemente en tantas ocasiones confieren poder para obsequiarte con una papeleta al portador, notificándote, pase por ventanilla de tal a tal hora y sírvase abonar euros… tantos, bajo pena de excomunión. O bien se le será embargada su cuenta si es que la haya en el Banco Vitalicio de España, muebles, inmuebles trastos vells, testos, es ca i es moix ja no els volem. Por ventura, el que era su alcalde en aquellos momentos, en Sino, vecino de mi barriada, yo de santa Catalina y el de la Plana (yo delante para que el burro no se espante), amén de buen corazón, excelente alcalde, a esta servidora jamás le demostró lo contrario, al explicarle el motivo de mi desacato a la autoridad, se puso a reír. La culpa la tuvo el pararme a la pescadería a comprar mitja tersa de llustrines para la comunidad gatuna, y como de costumbre en la pescadería de Sant Lluís disponían de un irresistible escaparate de toda clase de pescados frescos, recién salidos del mar, a muy buen precio y con las atenciones que les caracterizan me enredé cinco minutos más de los previstos, llevándome a tal punto que me salió a precio de langosta.
En este día la cosa fue diferente, tanto, que pude entrar para admirar la exposición de antigüedades en el Oar. Y aquí me tienen dispuesta a dedicarles unas merecidas líneas de admiración, ya que si bien a través de mis años he tenido la oportunidad de ver muchas, como ésta a la que me refiero, no me había sucedido jamás.
Ignoro las personas que la montaron, pero con muy buen criterio, con una exquisitez admirable, cuidando hasta el más mínimo detalle. Con una limpieza, una pulcritud, e infinidad de manos de plancha y almidones, de extrema limpieza delatada por el "aromàtic oli de lli.
Por todos es bien sabido, que las mujeres que más fama ha dado a la Isla en cuanto a limpieza, han sido "ses lluïseres i ses migjorneres". En tiempos pasados, el disponer de criada o "desadora" de uno de estos dos pueblos era el no va más. … curiosidades que destacaron ingleses y franceses, y a buen seguro cuantos extranjeros nos visitaron.
Que Sant Lluís es un pueblo muy especial, muy querido y admirado, sí, que es muy práctico también. No hay más que entrar por la calle con su mismo nombre, junto al molino hoy museo, una zapatería al estilo espartería, siempre tan precisa y que siempre se encontraron en nuestros pueblos.
Si su blancura, los molinos, su huerta con sus frutos le concedieron fama, su litoral la ha dado a conocer más allá de nuestras fronteras, sus calas recónditas, lugares donde los pescadores siempre encontraron el mayor refugio, iniciadores de la construcción de las conocidas casetas de "vora la mar", donde en un tiempo los sanlluïsers disfrutaban de los fines de semana. Los privilegiados pasaban algunos días más pero esto ya fue a partir de la mitad del siglo XX. La falta de comunicación con la población no les permitía la movilidad de la que ahora se goza. Haciendo el recorrido a pie, cargados con enseres y cestas y más cestas. Feien una xalada, acompañándose en el trayecto con canciones aprendidas de sus mayores y que actualmente están de moda.
Nuevamente regreso al pueblo fundado por los franceses, donde se encuentran panaderías, carnicerías, el Spar ubicado en el viejo molino del señor Faustino, donde Antonio y su esposa Antonia atienden con tanto esmero a sus clientes.
Cruzamos la calle para ir a la pollería de Carmen, la que tantos años han llevado sus padres, pasando un difícil momento por mor de haber tenido que intervenir a su esposo, Nando, tapicero ejemplar confeccionando unos toldos que valga'm déu, haciendo votos para su rápida y total recuperación. A la salida, la ferretería Orfila, no olvido la tienda de labores y mercería a la vez, donde encuentras de tot i més, el estanco, una inmobiliaria. Una boutique con cosas muy chulas, bolsos, sombreros, abalorios, y enfrente la tienda de lámparas, bombillas de más de 25 W, elementos de electricidad. La plaza con el Ayuntamiento, pero antes entramos en la frutería donde Mari, siempre tan amorosa, atiende a su público. Tomé rumbo a la librería, jugando en una de estas apuestas de las que ellos tantísimos premios han dado, asegurándome de que me tocará ¿?.
Una vez entrado en la 'plazoleta, llama la atención un grupo de chicos mayores hablando de sus cosas, mientras otros en el interior del local juegan un dominó o un truc, una larga cola para abonar la excursión a Mallorca a donde en septiembre se desplazarán los antiguos currantes, no jubilados, ya que todos continúan muy ocupados. El presidente, señor Fanals, dispuesto a cumplir su mandato al pie del cañón del club, junto a Marlen van de bòlit, no es tarea fácil la puesta a punto de unas sesenta personas dispuestas a dar el do de pecho en la mayor de las Balears.
Pero Sant Lluís es mucho más, colegios, farmacia, bancos, cajas, heladerías, un centro comercial agrario, tiendas de antigüedades y detalles de buen gusto hechos a mano; floristerías, es xinos, la gasolinera, Binifadet lugar que se debe visitar y comprobar sus caldos i no de gallina.
Es probable que alguien se pregunte si se me ha olvidado citar a la parroquia y al Ayuntamiento. Pues no, señores míos, no. Como tampoco La Bolla ni La Rueda, aquel antiguo bar al estilo taberna que siendo muy niña conocí, ¡ que digo¡, visitaba cada vez que junto a los míos íbamos a Binisafúller, donde vivían mis tíos, Xico i Juanita, abuelos paternos de Francisco Ametller Pons, alcalde de Es Mercadal, al que aprovecho para felicitar, por su talante, su carácter conciliador, voluntarioso, luchador, con una capacidad para ocupar el cargo como jamás se había visto en la Isla y, a buen seguro, no se volverá a ver jamás. No hay más que observar el vuelco que le ha dado a Es Mercadal, un poble mort, sense vida. Felicidades Xisco, me enorgullece ser tu tía abuela.
Tal como vengo haciendo, infinidad de veces, me enrollo como un ovillo de hilo perlé.
Regresé al pueblo del cual había partido, me paré en casa Rotger, adquiriendo comida para los pájaros y un tarro de chuches para Marco Polo y na Mel. Mientras iba anotando en un trozo de papel, que debía decir de su alcalde, un chico, con perdón, pero se le ve tan joven, que a pesar de no conocernos, las pocas ocasiones en que hemos coincidido, su amabilidad es fabulosa, estoy convencida que Tóbal es del mismo talante que mi pariente, ahí ya van a ser dos. Me encanta como decide y lleva las cosas. Su designación del pregonero, en un pueblo tan pequeño todos los años elige de maravilla. Felicidades Tóbal. No hay porqué salir de la Isla en busca de gente, hay que sentirse orgullosos con los de casa, sean zapateros remendones, albañiles, o mujeres de la limpieza, cada uno de ellos a su manera saben explicar a sus conciudadanos el amor y las inquietudes de su ciudad. Sin costar un duro.
Dejé para el final la visita a la parroquia. Justo en la entrada topé con su párroco, don Jesús Llompart, es capallà des Castell. De ser correcto, escribiría que me enamora su discurso, sus homilías, cortas, precisas, pero que llenan a los feligreses, no cansa ni a mayores ni a los más jóvenes, dándoles la oportunidad de comprenderlas. Un religioso de los que nos habla el Papa Francisco, humilde, sin cochazo, sin contertulios de la jet set, con sus sandalias al estilo del buen pescador, sin florituras y, permítanme que les diga el último comentario escuchado en uno de los comercios del pueblo hecho por feligreses: Es una iglesia donde jamás se hace ostentación de flores. Lógico, al precio que están, dona plorera lo que otros invierten en las mismas "amb sa fam que hi ha pel món".
De la fachada del nuevo teatro, hago un mutis por el foro, después de decir lo que pienso debería tener que entrar de nuevo a la iglesia y confesarme y no tengo tiempo para ello, me esperan dos lavadoradas, y dos covos de roba per repassar. De lo que sí estoy contenta, es que hasta el momento todos, todos, los comentarios que he escuchado coinciden con el pensamiento de esta servidora. Por algo será, estamos en crisis, no hay dinero para invertir en temas culturales, en escoletas, en colegios, en sanidad, para causas tan importantes como los niños que padecen cáncer, etc. ¿Y para una mamarrachada sí?
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margarita.caules@gmail.com
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