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El Consell ha enfocado un objetivo claro, conseguir la declaración de Patrimonio de la Humanidad para el conjunto de la cultura talayótica. Se trata de una prioridad, por la que vale la pena realizar un gran esfuerzo, puesto que ha de significar un paso adelante muy importante para la cultura y para la economía de la Isla. La Conselleria que dirige Maruja Baíllo ha sabido centrar el interés en este tema. Primero con una comisión técnica asesora que ha definido el objeto de la declaración. Ahora se ha contratado a una experta, Ángela Rojas, para que elabore el expediente. Se ha conseguido que el Ministerio aceptara la inclusión de la propuesta en la lista previa. Se ha defendido el proyecto con eficacia ante las autoridades. Por tanto, se están dando todos los pasos para que en un plazo quizás más breve de lo previsto inicialmente se consiga alcanzar el objetivo.

La gestión que lleva a cabo el Consell para la declaración de Patrimonio de la Humanidad merece contar con un apoyo social amplio. No basta que los arqueólogos e historiadores se ilusionen con la propuesta. La sociedad, los colectivos empresariales, el mundo de la cultura deberían participar de la ilusión por el proyecto, entre otras cosas porque que llegue a ser aprobado también depende de ello.