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Numerosas entidades y personas llevan a cabo un gran esfuerzo y asumen riesgos económicos para poder mantener el nivel de la oferta cultural de la Isla, ante una administración que aplica la austeridad y que se resiste a adoptar compromisos sobre los importes de ayuda que podrá conceder. La convocatoria de las subvenciones mantiene en vilo a entidades como Joventuts Musicals, que contratan actuaciones sin tener garantizado el dinero. El programa Menorca Tot l'Any se ha suprimido, pero el Consell dispone de una partida de 100.000 euros para acciones destinadas principalmente a la desestacionalización de la temporada. Las actividades culturales de los meses más turísticos representan una oferta que mejora la calidad de nuestro producto turístico, por tanto, también tienen un valor económico. En este sentido, la administración debe valorar el esfuerzo y el compromiso personal de los voluntarios que llevan a cabo estas actividades. Lo cierto es que en la mayoría de los casos los organizadores han sabido adaptarse a la reducción de presupuesto y luchan por mantener la calidad de la oferta cultural. Las entidades deben notar la administración a su lado, facilitando su labor y apoyando su esfuerzo.