Lance Armstrong y Jaume Matas tienen algo en común. No se trata de otra pieza separada del gran sumario de la corrupción, aunque algo tiene que ver. El ciclista, vencedor y perdedor de siete Tours de Francia, ha dicho que sí, que tomó EPO, testoterana, la hormona del crecimiento, que se hizo transfusiones de sangre. Pero lo más interesante de sus declaraciones es cuando dice: "Lo peor de todo es que pensaba que no estaba haciendo trampas". Igualito que Jaume Matas y que tantos ilustres corruptos. Sin duda, no tenían sentimiento de culpabilidad y seguramente no lo tienen ahora. ¿Por qué?. La respuesta se desprende de sus actitudes y manifestaciones. Es el deporte. Es la política. Hacer trampas forma parte del oficio. Parecen defender la idea que los deportistas y los políticos se dividen en dos grupos: los que han sido pillados y los que, de momento, se escandalizan cuando estalla un caso de corrupción.
Terra de Vent
Armstrong i Matas
19/01/13 0:00
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