Postal Navideña de 1915 (en su reverso no lleva autor). - Archivo Margarita Caules

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Josep es un cielo, está mal que lo diga… Con estas palabras empieza una de las muchas cartas (ahora e-mails) recibidas esta semana. La remitente, una muchacha encantadora. Al conocerla, pensé que se trataba de una modelo, su estatura, su cuerpo esbelto, sus maneras al andar, su compostura, la encuadraban como tal. Debí desistir tras un rato de conversación en una de estas mesas que Praxèdies prepara bajo los 'ullastres', en las plácidas noches de verano.

La paz y tranquilidad del lugar invitaban a la charla, al canto y al relax. En este idílico ambiente, la descubrí. Ángeles dejaría de sorprenderme. Sus padres adivinaron en lo que aquel precioso bebé, rubio y rollizo tal cual una muñeca de escaparate, se iba a convertir de mayor. Un ángel.
Continuó el xarratorum y con el fui descubriendo mi equívoco, su dulce mirar invitaba a un acercamiento emocional, y similitud de pensamientos, ambas comulgábamos en todo. Mientras tanto, involuntariamente me evadía, preguntándome, ¿cuál sería su profesión? Descartada la de modelo, deje su cuerpo de lado, sin retirar la mirada de sus manos de artista, y acerté, vaya que adiviné que se dedicaba al arte, a uno de los oficios más antiguos, la joyería. Entre mis divagaciones, la había conducido al mundo musical, sería posible que fuese pianista. Y no acerté, una vez más me equivocaba, i de ben enfora.
La historia nos habla y, gracias a los arqueólogos, nos descubre que desde lo más remoto de los tiempos la mujer se engalanaba con pectorales de bronce, cinturones, anillos, todo ello realizado del mismo material. Pendientes y pulseras, a la vez que también se llamaban tal cual las que envolvían el cuello de las mujeres. Otros materiales eran usados, entre ellos el cobre y el estaño. Llegando a nuestros días en que son muchos los artesanos que a lo largo de los siglos han ido estudiando los materiales, oro, plata, etc. sin olvidar la bisutería, siempre ha continuado la mujer en el embellecimiento y el gusto por engalanarse. Y por estas maravillas se ha decantado mi amiga Ángeles, elaborando infinidad de creaciones, estrictamente pensadas para el embellecimiento personal.

Hasta ahí todo sería maravilloso, primero el diseño, después el montaje, la distribución a los comercios, su venta ¿?. Y aquí el interrogante. Nos encontramos en unos momentos a los que se les ha dado el nombre de crisis, como podría conocerse por el siglo de la pobreza, luchando por la venta de la elaboración de estas llamémosles joyas, pues al fin y al cabo son esto, joyas.

También el siglo XXI lleva nuevas fórmulas de ventas, la juventud s'ha tingut que espavilar, per poder vendre, saliendo en plena calle y plazas de los pueblos, con su montaje de chiringuitos y puestos de venta ambulante, unos junto a otros mostrando al pueblo sus habilidades, invitando a los transeúntes a que contemplen sus trabajos. No deja de ser dura la nueva modalidad, sufriendo los cambios atmosféricos, pero como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga y allí en plena plaza Colón de la costa levantina, mi amiga del alma, mi Ángeles, una vez más descubrió que su Josep siempre la apoya, aquel hombre de coll i corbata colgó en la percha de la habitación sus indumentarias cambiándolas por un pantalón tejano, camisa a cuadros y jersey de lana. Es fácil imaginarse la pareja abrigada con un confortable, gorro, bufanda y guantes, atendiendo a una variopinta clientela Nadie como ellos para distribuir el producto concebido y trabajado por Ángeles.

Desde este apartado rincón de aquel lugar, hago votos para que los posibles pajes que en estas fechas hacen de enlace con los Magos de Oriente y que a buen seguro debieron pararse, frente a sa paradeta de n'Àngela le hayan encargado, muchas, muchas de sus creaciones. De momento, a mí me invitó a escribir sobre el tema, pidiéndole disculpas por robarle el encabezamiento, que no és meu, és d'ella.

Y entre pensamientos amorosos, llegué a la conclusión que de un amor juvenil se puede llegar a lograr otro hasta que la muerte los separe. ¿Será el llamado espíritu navideño el que logra que entre las parejas que llevan caminando unidas toda una vida perdure el cariño, la amistad y el respeto?

Me emociona, contemplar, parejas que llevan toda su vida juntos, amándose, cómplices uno del otro. Podría citar a varios, pero no lo haré, tan solo me atreveré a mandar un escueto mensaje, a Biel, mi amigo, el corre caminos, que todas las mañanas recorre la ciudad, en bien de su salud, aprovechando las caminatas para efectuar la compra en el mercado y la pescadería. Biel, el que durante infinidad de años, todas las noches, confeccionaba con sus hábiles manos, infinidad de puzzles de letras. Desearle mucha salud junto a su esposa y estos hijos y nietos que pueden llegar a ser la envidia de tantas familias. Convencida que de llegar a preguntar a su querida Juanita, qué opina de él, contestaría tal cual el titular, que Biel es un cielo. Que aquel jovenzuelo que con su radiante mirar y su sonrisa la enamoró, que en el camino de la vida jamás habría podido encontrar a nadie como él. Siempre apoyándola, ayudándola en todo, cuando no se estilaba que los hombres echaran una mano a su esposa, todo un recorrido de caminos apacibles y recodos tortuosos al igual que todas las familias, pero siempre juntos, incluso me atrevo a añadir que el roce de los zarzales les han implicado en quererse más y más.
Entre amores, se podría corroborar los que otorgan los mayores a los pequeños. Al mirar alrededor se ven a los abuelos acompañando a sus nietos, me refiero a los pequeños de la casa, frente a escaparates llenos de ilusiones infantiles. El centro de Mahón, es una alegría, un destello de luz que los chavales, desconocedores de problemas económicos, disfrutan del momento. Pidiendo y vuelta a pedir en cada escaparate, desde la emblemática Casa del Mimbre, des Camí des Castell, la simbólica tienda La Valenciana de la calle Nueva y la centenaria juguetería Cardona de la cuesta de la Plaza.

Hace tiempo, fuimos niñas y nos embobamos frente al escaparate, dejando las huellas dactilares en los cristales, todo era bonito. Los muñecos llorones de cartón piedra, llamados peleles, que tan solo repartían los Reyes de haber recibido muchos sellos.
Antes de finalizar, felicitar a Sergio Ametller y a Auxi, por la llegada de Alex, engrosando la familia "des Diari". Felicitación que hacemos extensiva a sus respectivas familias de manera especial a "s'àvia" paterna.

Y como son días de esto, de desear buenos augurios a todos, me permitirán los dedique a Pedro Mir, convencida que desde el más allá, su padre, mi querido Quique Mir gozará de la buena noticia y el buen hacer de su nieto Xavi Mir. Tres generaciones de dentistas, és molta cosa.
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margarita.caules@gmail.com