El otro día celebré de forma anticipada mi propio fin de año escuchando el "Red house blues" y otras obras maestras de Jimi Hendrix. Una buena tarde. Me lo pasé pipa. Al evento lo acompañé con un severo pelotazo de "gin-tonic" confeccionado con ginebra Hendrick's, esa famosa "premiun" escocesa.
La música de Hendrix es una evolución muy creativa de los originales blues del Delta y de Chicago (como casi todo el rock) y aquel destilado también lo es de unas rudimentarias materias primas que alcanzan un excelente nivel en esa botella tipo victoriano chata, gorda y de un azul muy intenso.
Algunos tienden a confundir esos dos nombres (Hendrix y Hendrick's) por similares porque, efectivamente, se parecen pero no son iguales. Siempre conviene ajustar y adecuar la descripción a la realidad para no engañar a ésta.
En Menorca hay quienes, por conveniencia, pretenden introducir definiciones que confundan las cosas. Porque declarar una cosa no siempre es poderla demostrar. Por ejemplo, cuando algunos proclaman "urbi et orbe" la defensa de la esencia de nuestra isla deberían poderlo demostrar con hechos no con simples proclamaciones voluntaristas que se las lleva el viento.
Los tambores mediáticos del PSM vienen dando por supuesto que ese grupo decimonónico son los representantes genuinos de un fantasmal "menorquinismo". Y ellos, el PSM, asentada esa falacia en determinados vericuetos mediáticos locales, han decidido introducir, como consecuencia, una coletilla a su denominación oficial y por eso se las ha ocurrido añadir "Més per Menorca" a su nombre PSM. Así, parece que este fin de semana vamos a asistir a un natalicio laico: el PSM, ahora que desemboca ya en el revuelto río asambleario (ya que parece que ni tan solo encuentran candidatos a secretario general) pasará a denominarse oficialmente bajo el ingenuo nombre de "PSM, Més per Menorca" ("Supossam que no hi faltaran ses bossetes de confitets i ses peladilles!").
Pero solo es una prueba más de puro marketing basado en la máxima "goebbeliana" de "repite una mentira mil veces y conseguirás que se transforme en verdad" porque muchos piensan "que van errats". Les faltará la palabra clave para ajustar/expresar la idea exacta de lo que representan. Les faltará incluir la palabra "pena" o "misèria" después de "Més" y antes de "per Menorca". "PSM, Més pena per Menorca" o "PSM, Més misèria per Menorca". Eso acertaría plenamente. Porque ¿no es pena y miseria lo que trajeron con su "acción de gobierno" en el CIM cuando, desde aquella mercería nacionalista, masacraron la economía de nuestra Roqueta? ¿No es precisamente esa miseria lo que castigaron los electores en los pasados comicios? ¿No desaparecieron de la liberal Mahón por carcas, antiguos e involucionistas?
Ese grupo de idealistas "demodées" han dañado y destruido la vida de muchos de sus conciudadanos al prohibir e impedir el desarrollo equilibrado de la Isla y por ello es impúdico que se denomine "menorquinistas" a quienes han ayudado a que la miseria prospere en esta isla. Es impúdico que la mentira quiera imponerse a la verdad, a la evidencia.
"Menorquinista" es un término que racionalmente debe aplicarse a quienes demuestran amar a Menorca no desde la quimera ni desde la proclamación fácil y gratuita. No desde la querencia por mantener un pasado imposible de preservar en un mundo globalizado ni a quienes pretenden adherirnos a un ejemplo de despilfarro, decadencia y corrupción. "Menorquinisme", debe aplicarse a quienes respetan la globalidad del legado de nuestra cultura local, a quienes benefician la economía isleña y a quienes le dan vida y por lo tanto mejoran la de los menorquines.
"Efectivament no és lo mateix escoltar música d'en Jimi Hendrix que fotre's un gin–tònic de Hendrick's (amb cobrònbol, naturalment)"
Nota: "Bon Any Nou a tothom esperant que els politics (especialment els locals) cumpleixin les seves promeses electorals".
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