Camilo José Cela escribió un cuento (1969) titulado: "Jacinto Contreras recibe su paga extraordinaria. Sentimental fabulilla de Navidad". Historia de una época donde "Mil doscientas pesetas, aunque sean con descuento, a nadie le vienen mal".
Jacinto, que trabaja en la Diputación, va pensando camino de su casa en lo que les podrá comprar a su mujer y a su hijo, y en alguna cosita para él… ¡Ah, la felicidad de las compras! Nada lujoso, por supuesto, solo "un par de zapatillas nuevas, a cuadros marrones, muy elegantes"...
Pero en el metro, alguien le roba la cartera. El desenlace de la historia es la triste constatación de que las ilusiones de aquella familia se han ido al traste de repente. Ese ladrón habilidoso y anónimo les ha birlado la alegría, que iba incluida en la nómina con el descuento del IRPF.
La narración desprende un aroma o tufillo melancólico. Pobreza y estrecheces formaron parte del paisaje cotidiano de posguerra, donde se vivieron crisis económicas de gran virulencia. Mientras tanto, se esperaba la ayuda providencial de Mister Marshall (los fondos europeos de entonces) o se empezaba a soñar con el lucrativo negocio del turismo. La tan ansiada "apertura" al exterior.
El gobierno ha suprimido este año la paga extra de diciembre, a todos los funcionarios. Hay que cuadrar las cuentas y no hay dinero suficiente, según Montoro (Las cosas se ven más pequeñas desde Montoro, aquí en Menorca). Pero ese dinero extra, acababa repartido gracias al comercio; un sector que lucha contra viento y marea, para salir del bache. Otro síntoma de la depresión (económica) que nos invade.
Dice el ministro, que la paga volverá el año que viene…como las golondrinas.
Promesas. También dijo que no "IVA" a subir los impuestos…
El objetivo de déficit es sagrado… gastar menos, ingresar más… de lo contrario, con la deuda que tenemos, nadie se fiará de nosotros a la hora de prestarnos dinero.
Yo creo que nos roban, que se beneficia solo a los ricos, que se explota a los trabajadores… que el mercado es un monstruo, que nos devorará sin compasión…
Es un problema de especulación, corrupción, falta de control y nula transparencia…tal vez de un sistema obsoleto y crecientemente desajustado…
Demasiada gente sufre; porque están tan endeudados que no podrán pagar…
Gastar puede ser una gran borrachera y luego viene la resaca.
La prioridad es ayudar para que este desmadre, no se nos desmadre más todavía.
Lo conseguiremos con imaginación, perseverancia, competitividad, formación, disciplina, seguridad y grandes acuerdos. Vamos a construir un nuevo proyecto. Un proyecto que sumará esfuerzos, en lugar de dividir…
Esto me recuerda el cuento de la lechera que escribió Don Camilo, durante aquellos años de penuria. Eran otros tiempos y otras circunstancias. Hoy, la supresión de la paga extra se nos presenta por el gobierno como una medida necesaria y solidaria; pero más de uno pensará, al llegar a casa, que le han robado la cartera.
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