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La sesión sobre el estado de la Comunidad, celebrada ayer en el Parlament, fue un fiel reflejo sobre los parámetros en los que se mueve la política balear y la convulsión que la rodea. Más allá de esto solo hubo dos novedades destacadas como tales por José Ramón Bauzá, mientras que el resto de la jornada siguió el guión previsto y con escasas referencias a Menorca. El presidente anunció que una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado garantiza los 333 millones del convenio de carreteras y que los hospitales mallorquines Joan March y General no se cerrarán. Como era de esperar, Bauzá defendió el recorte del gasto público, acusó al Pacte de llevar el Archipiélago "a la ruina", dijo que se estaban poniendo las bases de la recuperación y ante la atenta mirada de Pere Rotger, imputado en el caso Over, apeló al Código ético del PP. Su discurso de la mañana, dio paso por la tarde a un inevitable cruce de acusaciones entre Govern y oposición que no aportó nada. Sobre las referencias a nuestra Isla, reiteró el trabajo que se está haciendo para mejorar la conectividad aérea y para la reordenación del puerto interior de Ciutadella. No hubo, pues, lugar a grandes sorpresas. Habrá que esperar a cómo se concretan las palabras de los líderes políticos en las propuestas de resolución y cómo éstas se plasman en la realidad.