El 18 de abril de 1955 fallecía el gran científico del siglo XX Albert Einstein. Su cuerpo no fue totalmente incinerado como dejó escrito en su última voluntad, ya que se preservó su cerebro con fines científicos . Se pudo constatar que era más ancho, más denso y consumía más energía.
El estudio del cerebro de Einstein se inició tras su muerte en 1955 cuando el patólogo Thomas Harvey lo fotografió desde distintos ángulos antes de cortarlo en 240 trozos para poderlo estudiar . Estos trozos fueron cortados a su vez en láminas lo bastante finas para examinarlas al microscopio. En los años siguientes , Harvey distribuyó muestras y fotos del cerebro de Einstein a por lo menos 18 investigadores de distintos países.
En 1985 , Harvey publicó un estudio que aseguraba que el cerebro del físico y matemático de origen alemán tenía porcentualmente un mayor número de células de la glia cerebral que neuronas . El patólogo de Princenton interpretó estos datos en el sentido de que el cerebro de Einstein consumía más energía , lo que podría explicar sus extraordinarias capacidades cognitivas.
Once años después , se confirmo que el cerebro de Einstein pesaba solo 1.230 gramos, es decir, 170 gramos menos que el de la media de los varones adultos . Sin embargo , la densidad de neuronas parecía mayor en la corteza cerebral , de tamaño menor que el normal.
La pregunta clave es si estas peculiaridades anatómicas y ese genial pensamiento matemático es innato o adquirido.
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