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I talia es un país que interesa especialmente a Menorca. Quizás sea por su proximidad mediterránea y especialmente por su aportación al alza en el negocio turístico. Puede que tengamos una cierta simpatía porque compartimos singladura económica, aunque rememos en barcos distintos. Además, los italianos tienen una capacidad enorme de inventar y de -palabra de moda- "reinventarse". Por eso son capaces de pasar de Berlusconi a Mario Monti, el primero de los grandes "marios". Muy pocos quieren que el presidente "técnico", el mecánico de la economía italiana se vaya para que los votos devuelvan el Gobierno a algún político simpático y popular.

Otro Mario destacado es Draghi, un alpinista en la presidencia del Banco Central Europeo, donde guardan los salvavidas por si hay que rescatar a más de un náufrago.
A pesar de estos dos 'supermarios' tengo que reconocer que mi preferido es Cappa. Será por la cercanía o porque trabajó en la RAI. Vive en Menorca desde hace años y ha sido capaz de recuperar la memoria del hundimiento del acorazado "Roma". La sala de la Illa del Rey dedicada al buque de guerra tiene la fuerza de quien más tiempo le ha dedicado. Imagino que ayer, el embajador y sus acompañantes debieron sentir una emoción especial.

Mario Cappa no puede vivir sin apasionarse por algo. Por eso espera mucho de los demás, como mínimo lo que él aporta, y eso suele provocar dolorosas decepciones. A veces comenta que el "Roma" forma parte del recuerdo y le preocupa más otro hundimiento, el de Menorca y su economía. Cuando, mirando a los ojos, pregunta, con acento, "¿a qué esperamos para hacer algo importante?". ¿Cuánto hace que no compartimos un sueño?